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La Galerna

·9 de octubre de 2025

6-2: Un Madrid enigmático arrasa a la Roma

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El Real Madrid femenino comenzó su andadura en la fase liga de la Liga de Campeones goleando a la AS Roma (6-2) en el estadio Alfredo di Stéfano. Alba Redondo (2), Caroline Weir (2), Maëlle Lakrar y Eva Navarro anotaron los numerosos tantos de las blancas que dejaron sin opción al equipo italiano.

A día 9 de octubre es difícil, y probablemente injusto, juzgar la salud de un equipo y sus pretensiones, pero lo cierto es que todo en el fútbol es impaciencia y los comienzos de temporada son termómetros a los que solemos dar validez. Con el Real Madrid de Pau Quesada, sin embargo, las oscilaciones son tan pronunciadas que solo cabe callar y esperar, o considerar que la herramienta de medición está estropeada. A pesar de los vaivenes, la victoria durante el fin de semana ante el Badalona permitió recuperar una sensación de optimismo que se vio refrendada en el primer partido del curso en el que sonó el himno de la Champions femenina.


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Volvieron a la titularidad Caroline Weir y Alba Redondo, con la escocesa partiendo por la derecha para dejar el carril central a Linda Caicedo como principal novedad, pero fue la incógnita del lateral derecho lo que marcó el partido. Con Sheila García y Antonia Silva en la enfermería, Eva Navarro retrasó su posición y, si bien en la primera parte sufrió los cara a cara con su par, la murciana fue creciendo en el choque hasta convertirse en una de las mejores futbolistas sobre el césped. Su actuación en línea ascendente fue en sincronía con la del equipo en su globalidad, pues del intercambio de golpes con continuas magulladuras se acabó pasando al KO sobre la AS Roma.

Las italianas, en total falta de respeto hacia los tópicos del fútbol, apostaron por la valentía en la salida de balón y sufrieron en la defensa de su área. Cosas del siglo XXI. Ello dio pie, eso sí, a que el partido estuviese siempre vivo, con espacios listos para ser aprovechados que el Madrid aceptó de buen grado. La relativa igualdad se mantendría hasta el descanso: Alba Redondo abrió el marcador tras cazar un rechace provocado por el cabezazo de Maëlle Lakrar en un córner, pero Evelyne Viens empató cuando Merle Frohms dejó muerto con su despeje de guantes un centro chut. Siete minutos después, Caroline Weir aprovechó la falta de entendimiento de dos rivales en la frontal para hacerse con el balón y mandarlo a la red de manera inapelable con su pierna mala. Sin embargo, de nuevo la Roma respondió en su segundo acercamiento con total efectividad: Emilie Haavi desbordó a Eva por dentro y desde muy lejos lanzó un derechazo colocado que Frohms no pudo desviar lo suficiente.

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Parecía que el toma y daca no tendría fin, ya que antes del descanso quedó tiempo para que Alba Redondo firmase su doblete con una definición clásica de delantera tras aprovechar la clarividencia de Linda Caicedo, que supo contemporizar hasta encontrar el hueco por el que asistir a la atacante. No obstante, el Real volvió de la pausa pisando de nuevo el acelerador mientras que el equipo visitante quedó reducido al papel de sparring. Apretaban hacia adelante todas las futbolistas con camiseta blanca, dificultando el juego italiano o recuperando la posesión, lo que permitió que Sara Däbritz y Weir, así como las propias Caicedo y Navarro, su lucieran con el cuero siempre entre sus botas.

una actuación que nada tuvo que ver con la aridez de días pasados, pero de la que es imposible intuir si habrá continuidad en el tiempo

En el 51, de nuevo se vio una acción de pecado capital en la biblia del Calcio: córner al primer palo que la defensa apenas desvía, delantera sin marca en el segundo palo que vuelve a meter el peligro en el área y, por último, atacante (Maëlle Lakrar) en la boca de gol que se adelanta a las centrales para mandar el balón a la red. Era el 4-2 y en ese instante se rompió el partido, pues quedó claro que la Roma ni atacaba ni defendía con la suficiente contundencia, al tiempo que el Madrid seguía insistiendo como se hace en los correcalles del patio de colegio, en los que la felicidad se alcanza gracias al fútbol despreocupado. No sorprende, pues, que el quinto y el sexto gol naciesen fruto de las mejores jugadas colectivas.

Primero, con Naomie Feller asistiendo en profundidad a Caicedo para que la colombiana cediese a Weir en el área, quien con dos toques minimalistas rompió la cadera de su marca y remató cruzado a la red. Tic tac. Después, de nuevo Linda, siempre la incombustible Linda, por la izquierda conectando una pared de libro con Sandie Toletti para llegar a la línea de fondo y asistir al palo largo, donde Eva Navarro se permitió el gusto de poner la guinda a su partido con el gol del definitivo 6-2. En resumen, una actuación que nada tuvo que ver con la aridez de días pasados, pero de la que es imposible intuir si habrá continuidad en el tiempo… por lo que no queda más remedio que seguir viendo los partidos de este enigmático Real Madrid femenino.

Getty Images

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