Un 10 Puro
·18 de octubre de 2025
Araújo salva los muebles antes del Clásico

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·18 de octubre de 2025
El Barcelona sobrevive. A los actuales campeones se les atragantó un Girona que estaba en zona de descenso y estuvo a punto de sumar tres partidos consecutivos sin ganar. Los culés se adelantaron temprano con una obra de arte de Pedri, pero Witsel respondió con una chilena. El Girona pudo haber hecho un daño mucho mayor, pero no aprovechó la larga lista de ocasiones que tuvo. El que sí aprovechó fue Araújo, que entró para hacer de 9 y retribuyó la confianza de Flick con un gol agónico en el tiempo de descuento.
Los azulgrana comenzaron imponiendo un asedio insostenible para la defensa del Girona. El equipo de Míchel se plantaba a pocos metros de Girona y constantemente tenía que apagar incendios. El desparpajo de Lamine por banda derecha ponía los nervios de punta y arrinconaba aun más a los visitantes; sería a partir del propio 10 que se construyó el primer gol del encuentro. Desde la banda, Lamine encontró a Pedri dentro del área y el canario, abusando de su talento, corrió hacia el centro y, con la zurda, encajó un disparo raso que se coló tras pegar en el travesaño.
El lujo de Pedri obligó al Girona a sacudirse y mostrar algo de rebeldía. Al principio les costó, pero con el paso de los minutos -e impulsados por el gol de Witsel- desnudaron las falencias de los culés, aquellas que los llevaron a caer goleados en Sevilla. Los desajustes de la presión y de la línea defensiva al tirar el fuera de juego le permitieron al Girona encontrar una y otra vez espacios a campo abierto. Los desmarques de Vanat pudieron haber herido de gravedad al equipo de Flick, pero el delantero falló un par de ocasiones clarísimas; lo mismo hicieron Portu y Bryan Gil, que tuvieron cada uno un mano a mano, pero no capitalizaron. El Girona se marchó al descanso con un empate que se quedaba muy corto.
Al volver de los vestuarios, Flick inmediatamente metió en la cancha a Fermín en lugar de Toni. El mediapunta, desde su búsqueda insaciable de gol, revolucionó al Barcelona y estuvo cerca de devolverles la ventaja. No se lo pensaba dos veces para armar el remate y obligó a Gazzaniga a intervenir en las que fueron las ocasiones más claras de los culés en el segundo tiempo.
El Girona volvió a tener oportunidades para hacer daño. El dominio azulgrana fue in crescendo y los visitantes muchas veces se defendían muy cerca de su área, pero siguieron encontrándole las cosquillas al campeón. Los últimos minutos fueron un golpe por golpe, ocasión por ocasión, pero ninguno de los dos bandos podía aprovechar lo que generaba.
Las salidas de Lamine y Pedri (64') redujeron enormemente la cuota de talento diferencial, y el Barcelona lo notó. Los culés tuvieron mucho remate, pero faltó algo de claridad a la hora de asociarse en los últimos metros. Como Fermín, Rashford también amenazó con su potente disparo, pero no alcanzó. Lo que no pudieron hacer los atacantes lo hizo un defensor; Araújo, que entró en el tramo final para plantarse como referencia en el área rival, aprovechó en el 90+3' una asistencia de Frenkie de Jong para empujar la pelota y hacer estallar la euforia en Montjuic.