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·19 de julio de 2025
Cómo le va a Ansu Fati en Mónaco: 'Corre el riesgo de lesionarse', la vida sigue igual

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·19 de julio de 2025
No ha hecho falta esperar mucho para comprobar que lo que se vivió en el FC Barcelona con Ansu Fati no fue una exageración ni una invención interesada.
Ha bastado con escuchar unas pocas frases del actual entrenador del Mónaco, Adi Hütter, para confirmar lo que ya se intuía en el Camp Nou.
El técnico del conjunto monegasco ha hablado claro. No ha escondido lo que piensa.
En Mónaco no ven en forma a Ansu Fati | Getty Images, Madrid-Barcelona
Y su reflexión no deja lugar a dudas: Ansu sigue siendo el mismo que salió del Barça por la puerta de atrás.
Un jugador con talento, sí. Pero sin actitud, sin predisposición y sin compromiso con su estado físico.
“Estamos intentando que recupere la forma poco a poco. Si forzamos, corre el riesgo de lesionarse”.
Con estas declaraciones, Hütter no solo revela la situación actual del delantero español. También, sin saberlo, le da la razón a Hansi Flick.
El técnico del Barça ya explicó que Ansu no era un jugador apto para el nivel que exige el primer equipo. No porque no tenga calidad. Sino porque no entrenaba como debía.
Porque no ponía de su parte. Porque parecía que lo tenía todo hecho con solo aparecer. Y ahora lo han descubierto en Monaco, en donde le ven un importante déficit físico.
Flick ya denunció que Ansu Fati no se entrenaba como debía | Getty Images, Madrid-Barcelona
Ansu jugó poco el año pasado, cierto. Pero no puede decirse que entrenó demasiado. Ni que se esforzara por cambiar la dinámica.
Flick lo denunció. Le ofreció oportunidades pero Ansu no respondió. Y ahora, en Mónaco, el guion se repite palabra por palabra.
La carrera de Ansu Fati parece haber entrado en un bucle. Promesas, ilusiones, minutos testimoniales y frustración.
Cuando no es la rodilla, es la musculatura. Y si no, es la preparación física.
Siempre hay una excusa. Siempre hay una justificación que oculta lo evidente.
Fati está donde está por méritos propios. Porque no ha querido luchar. Porque creyó que la fama y el dorsal 10 eran suficientes.
Y ahora, en Mónaco, ve que las cosas siguen igual. Que los entrenadores no se fían de él. Y que si no cambia, su techo estará lejos del que soñó.
En el Camp Nou tomaron una decisión difícil. Cederlo primero. Y más tarde, buscarle salida.
Sabían que no era cuestión de minutos, sino de actitud. Que mientras no entrenara como un profesional, no podía exigir un sitio en el once.
A Flick no le gustó la intensidad de Ansu Fati en los entrenamientos. Y ahora le echan la culpa a él porque Fati no está en forma.
Flick lo tuvo claro desde el principio. Y ahora, Hütter lo confirma. El Barça tenía razón.
La vida sigue igual para Ansu. Porque él no quiere que cambie.