El Almería rompe un registro goleador de 10 años | OneFootball

El gol jamás pareció haberse exiliado de los Juegos del Mediterráneo. El Almería, ese equipo acostumbrado a mirar a la portería rival con hambre, vivía atrapado, eso sí, en una sombra de impotencia y desencanto. Pero algo ha cambiado. Con el paso de las jornadas, el cuadro almeriense ha vuelto a conectar con su esencia. Y los números comienzan a recordarlo. Son ya 18 goles en las primeras nueve jornadas, una cifra que no alcanzaba desde la temporada 2021-22, aquella en la que acabó logrando el ascenso a Primera División.

El dato, más allá de la estadística, es seña de identidad. Es el reflejo de un equipo que vuelve a reconocerse en el espejo. Que empieza a sentir otra vez ese vértigo alegre que solo da el gol. Y es que el Almería en esta 25-26 anota en todos y cada uno de los partidos.

Un reencuentro con la versión más luminosa

En ese curso 2021-22, el Almería de Rubi brillaba por su verticalidad, su pegada y su fe inquebrantable. Hoy, el equipo intenta reconstruir esa identidad bajo la exigencia de LaLiga Hypermotion, una categoría que no da tregua ante un mínimo titubeo. Lograr una diferencia positiva entre goles a favor y en contra, algo que no conseguía a estas alturas precisamente desde aquel año, es otro síntoma de evolución.

El conjunto rojiblanco ha vuelto a ser incisivo. Con un reparto coral en el ataque que lo hace menos previsible y más peligroso. Desde los extremos hasta la segunda línea, todos aportan. No existe dependencia, cómo la había con Luis Suárez. Los nombres pueden cambiar, pero la idea se diversifica. Un fútbol alegre, decidido y vertical que enciende al Mediterráneo.

El eco de un pasado que inspira el presente

La historia reciente enseña que los equipos que ascienden suelen tener un punto de inflexión, un momento en que el engranaje encaja. Tal vez, para el Almería, este inicio goleador sea ese punto. A partir de ahí, el equipo ha seguido construyendo y comienza a ser fiable. Este Almería ha recuperado la fe y el ritmo con el instinto asesino como punto de partida.

El Almería que pone de acuerdo a la hinchada está de vuelta. Lo ha hecho sin ruido, pero con la fuerza de quien sabe lo que significa volver a creer. En Almería, el viento parece soplar otra vez de cara. Se empieza a escuchar, de nuevo, el rugido de un equipo que apunta alto.