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·5 de octubre de 2025
El Barça toca fondo en Sevilla

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Hay derrotas que duelen y otras que despiertan. Lo del FC Barcelona en el Ramón Sánchez Pizjuán es un aviso a navegantes, una alerta roja. Un 4-1 ante un Sevilla que jugó su mejor partido del curso y venció al conjunto azulgrana después de 10 años sin conseguirlo.
Once del FC Barcelona en el Pizjuán. Foto: @FCBarcelona
Lo que pasó frente al PSG no sirvió de lección. Hansi Flick, que llegó con el cartel de estratega exigente y revolucionario, volvió a tropezar con la misma piedra. Su equipo careció de intensidad, de piernas y, lo más grave, de alma. Se esperaba una reacción tras la caída en Champions, una muestra de orgullo. Lo que vimos fue un equipo plano, superado en cada duelo, que se deshizo como papel mojado.
El técnico alemán no acertó con los cambios. Dejó en el campo a Lewandowski y Dani Olmo hasta el final, aunque ambos parecían ausentes. El polaco, desconectado por completo, no remató ni una sola vez entre los tres palos. Olmo, perdido, sin chispa ni claridad. La toma de decisiones desde el banquillo fue pasiva, como si Flick ya supiera que no tenía las armas para cambiar nada. La entrada de Roony, que mostró más en 10 minutos que algunos en 80, fue tardía.
El penalti fallado fue un punto de quiebre. Hasta ese momento, el Barça parecía tener el partido bajo control. Pero el fallo de Lewandowski, fue el catalizador que necesitaba el Sevilla para desatarse. A partir de ahí, fue un monólogo andaluz. Almeyda, desde el banquillo local, sí supo leer el partido.
Dani Olmo, uno de los señalados tras el partido de hoy. Foto: @FCBarcelona
El delantero polaco falló un penalti que metía al Barça en el partido. Foto: @FCBarcelona
Curioso contraste entre declaraciones. Tras el empate ante el Rayo, Flick fue duro con los jugadores, habló de egos. Tras el bochorno en Sevilla, suavizó el mensaje: “Lo tiraremos adelante”. ¿Mensaje estratégico? ¿Gestión de grupo? La realidad es que este equipo transmite muy poco, una falta de confianza, energía y liderazgo. Y eso empieza en el banquillo.
Sería injusto no mencionar las decisiones polémicas. El penalti que rescató el VAR en el primer gol del Sevilla, la falta a Koundé en el segundo… etc. Demasiadas dudas, demasiados errores que siempre condicionan los partidos. No excusa el rendimiento del Barça, pero tampoco se puede ignorar.
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