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·19 de octubre de 2025

El United se vuelve a sentir grande y agrava la crisis del Liverpool

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Noche enorme para el Manchester United. Después de nueve años, los red devils volvieron a sentir lo que es ganar en Anfield. Mbeumo los adelantó y Maguire hundió definitivamente al Liverpool, que con esta ya suma cuatro derrotas seguidas. Los scousers ya se alejan a cuatro puntos del Arsenal de Arteta, que se afianza como líder de la liga inglesa.

Poco más de sesenta segundos tendrían que pasar para que comenzara a padecer un Liverpool que dejó en el banquillo a Wirtz y Ekitike, dos de sus fichajes estelares del verano, que llegaron por cifras récord. Amad Diallo aprovechó un despiste de Virgil van Dijk y alimentó el desmarque de Mbeumo dentro del área; el delantero quedó mano a mano con Alisson y no perdonó.


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Se le hizo de noche a los reds, que mantuvieron su dinámica gris de toda la temporada. No eran capaces de darle sentido a sus ataques y el entendimiento entre las individualidades era nulo. Los de Slot no encontraban su ritmo ni podían exprimir el talento de piezas como Alexander Isak, el fichaje más caro en la historia de la Premier League. Mac Allister, pieza clave para el campeonato del año pasado, partía desde más arriba y perdía influencia. La desconexión colectiva era absoluta.

En el segundo tiempo los visitantes retrocedieron muchos metros y dieron pie a que el Liverpool, aún sin ideas, tirara de potencia y volumen para alcanzar el gol. Le funcionó a los defensores de la corona, que hirieron de gravedad las pretensiones de su máximo rival con un gol de Gakpo al 84'. Tras largos tramos de resistencia, la defensa del United no se percató de que el neerlandés estaba solo en el área chica y el recién ingresado Chiesa solo tuvo que hacerle llegar el balón para encender las gradas de Anfield.

Pero, lejos de rendirse o venirse abajo, el Manchester United se dispuso a volver a desnudar las carencias defensivas de los scousers. Llegados a los últimos diez minutos, Cunha aguantó el duelo físico, entró al área, disparó y provocó un córner. De ese tiro de esquina nació un centro inmejorable de Bruno Fernandes que encontró por los aires a un Harry Maguire que nunca se queda corto cuando de momentos memorables se trata.

El equipo de Slot seguiría acercándose durante hasta los ocho minutos de descuento otorgados por el árbitro, pero no les alcanzó. De hecho, estuvo más cerca el United del tercer tanto con un cabezazo de De Ligt que los locales de llevarse un punto sobre la hora.

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