Flakus decide desde el punto de penalti y da al Murcia su primer triunfo en casa, 1-0 | OneFootball

El Real Murcia volvió a pisar el césped del Enrique Roca para disputar su primer partido oficial en casa de esta temporada después del Trofeo contra el Elche (triunfo en amistoso). La ilusión era notable; la afición lo sabe: el comienzo de la temporada deja una sensación de urgencia por recuperar el protagonismo perdido en años recientes

Un debut en casa que sabe a revancha

Con el debut oficial como local, tocaba olvidar la derrota en Marbella en la primera jornada liguera y ofrecer una victoria convincente ante el Torremolinos. El domingo 7 de septiembre, a las 18:15, el entorno estaba preparado: casi 16.000 personas, cánticos, pancartas… Murcia respiraba fútbol.

Fuente: Ser

Primera parte: intensidad, control y premio desde los once metros

Desde el pitido inicial, el Murcia mostró control. Dominaba el juego, con posesión paciente y buscando los espacios. El partido parecía que fluiría con tranquilidad, aunque de manera sólida. La presión alta de los jugadores granas, especialmente por las bandas, empezó a incomodar a los visitantes.

La primera gran jugada llegó antes de los diez minutos. Hubo un codazo sobre David Vicente dentro del área que obligó al árbitro a revisar la acción. Tras consultar el VAR, señaló penalti. El lanzamiento recayó en manos de Flakus, quien con seguridad se plantó desde los once metros y lanzó un disparo medido, colocado, imposible para el portero. Era el 1-0 al minuto 14, y la grada explotaba, vibrando con cada golpeo.

A partir de ahí, el Real Murcia se sintió cómodo, con el marcador a favor y el público encendido. Por la banda derecha, David Vicente y Pedro Benito empezaron a dar profundidad, amenazando con prolongar la ventaja. Los visitantes, por su parte, trataban de reaccionar, pero se topaban una y otra vez con una defensa firme y un Gazzaniga seguro bajo palos. En Marbella fue el jugador más señalado por la afición grana, y por ello en el día de hoy, respondió a esas críticas con grandes actuaciones.

Segunda parte: intensidad, cambios y solidez defensiva

En la segunda mitad, el choque se abrió algo más. El Real Murcia aprovechó para hacer cambios estratégicos pensando en el desgaste y en frescura ofensiva: entraron jugadores como Joao Pedro Palmberg, Djanbou y Schalk, buscando mantener la presión y tener aire nuevo arriba.

Mientras tanto, el Torremolinos intentó meter nervios en el duelo, pero chocaba con un muro grana. David Vicente seguía atento y cortaba transiciones peligrosas, mientras que la defensa, y especialmente Gazzaniga, mantenían la portería a cero.

A lo largo del segundo periodo, el partido se mantenía trabado. El Real Murcia tuvo opciones, como centros laterales que no encontraron remate, pero el marcador no se movió. La tensión creció con el tiempo, con cada balón dividido, cada despeje… Los granas lo defendían con orgullo, con garra.

El pitido final: victoria trabajada, pero gratificante

Cuando el árbitro marcó el fin del partido, el Real Murcia celebró una victoria de las que saben a mucho: la primera en casa de esta temporada, por la mínima, en un partido trabajado, intenso y con carácter.

La afición despidió al equipo con aplausos, conscientes de que lejos está el resultado de ser perfecto, pero que el equipo supo sufrir, defender su terreno y aprovechar la oportunidad. La confianza se renueva, y el vestuario se siente respaldado por la gente.

Eso sí, el equipo de Joseba tendrá que mejorar mucho para conseguir los 3 puntos frente al Atlético de Madrid B, ya que es un equipo con buena base y juventud que puso en peligro al Cartagena.