En un momento dado
·8 de diciembre de 2025
Gerard Martín, central zurdo

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·8 de diciembre de 2025

Cuando Louis van Gaal aterrizó en Barcelona para ponerse a los mandos del banquillo azulgrana, miró hacia su defensa y sacó dos conclusiones: le faltaban centrales acostumbrados a marcar en zona, después de los duelos individuales que utilizaba Cruyff y del año de paréntesis de Sir Bobby Robson; y echaba de menos especialmente un central zurdo en una plantilla plagada de defensores diestros. En una época en la que mirar con mimo la salida desde atrás no se estilaba tanto, el técnico holandés sí ponía el foco en cómo su equipo construía desde el inicio. Sus deseos tenían nombre propio, Frank de Boer, pero tal fue la obsesión de Van Gaal por el perfil que ante las dificultades de hacerse con su compatriota y ex-pupilo, reclutó a un jugador mucho más desconocido para el público europeo como el argentino Mauricio Pellegrino. En líneas generales podría decirse que el Camp Nou no ha sido un entorno propicio para los centrales zurdos. Lo de Pellegrino no funcionó, Frank de Boer seguramente diera, en conjunto, menos rendimiento del esperado, y por diferentes razones los Milito, Umtiti, Vermaelen, Mathieu o Lenglet no llegaron a consolidarse como sí lo hicieron los Puyol, Márquez, Piqué o Mascherano.
La temporada pasada, sin embargo, Iñigo Martínez se consolidó por sorpresa y méritos propios como un puntal futbolístico y jerárquico del Barça campeón de Hansi Flick, y su ausencia a poco de arrancar el nuevo curso dejó una vacante por cubrir. El último en hacerlo está siendo Gerard Martín, otrora recambio de Alejandro Balde en el lateral, y quien con sus recientes actuaciones no sólo le ha dado al técnico una solución para la posición sino que, quizá también, le ha brindado un molde al club a partir del cual moverse en verano. Por lo pronto, Gerard ha caído de pie en el puesto de central, consolidando a Cubarsí en su mejor perfil -el derecho- y dándole al equipo, a nivel de encaje, todo cuando espera de su central zurdo. Lo primero que cabe señalar es que, en el Barça de Flick, la de central izquierdo no es una posición cualquiera. Es una que, con balón para los azulgranas, se vincula muy directamente con sus dos futbolistas más importantes. Con Lamine desde el desplazamiento largo en diagonal, y con Pedri desde el envío corto y vertical. Además, siendo muchas veces el central que tiende a abrirse en ataque cuando los culers organizan su primer escalón anclando a Koundé para dibujar línea de tres, es de los dos el que tiene más licencia y correa para progresar con el esférico en los pies.
Ya como lateral Gerard había demostrado en el primer equipo que sus principales atributos ofensivos pasaban por el golpeo, ya fuera para el centro al área o para el servicio raso desde la banda hacia la frontal. Ubicado ahora en el centro, el catalán ha manejado principalmente tres tipos de servicio, a la espera de que el paso de partidos y la suma de confianza le permita sumar la diagonal hacia Lamine con más continuidad. Gerard, cerca de su propia área y bajo presión, maneja con soltura la salida hacia la izquierda a perfil natural, encontrando a Balde o al extremo para progresar por fuera. Ellos dos son también sus socios en el envío largo que encuentra espacio entre el central y el lateral rival cuando Gerard tiene tiempo para poner el pase y a través de él activar el desmarque en profundidad a la espalda de la zaga del costado más vertical del ataque. El tercer golpeo del nuevo central zurdo del Barça va por dentro, en corto hacia Pedri o más largo hacia el desmarque de apoyo del extremo o el nueve hacia la zona de la mediapunta izquierda, directamente a la espalda del mediocampo rival, rompiendo una o dos líneas defensivas con un único servicio.
El Barça de Flick, cuando mejor ataca, mejor defiende, porque puede juntarse alrededor del esférico para ejercer presión de forma más efectiva y porque a través de la profundidad gira y desordena a su adversario. Por eso, Gerard Martín está contribuyendo también a que su propia posición esté menos expuesta, a falta de comprobar si ante delanteros del máximo nivel le alcanza. No es ni el más rápido, ni el más alto, ni el más fuerte, pero por ahora se está mostrando solvente, especialmente fuera del área. En este sentido, Gerard tiene en su bagaje como lateral un extra que le sienta muy bien a su puesto. Y es que siendo el Barça un equipo de laterales asimétricos, que ataca con Balde formando como extremo y que despega a su lateral zurdo más a menudo en la presión, es justamente la espalda del lateral del lado de Gerard la que más habitualmente es atacada por el rival, ya sea con la carrera del extremo o la caída del punta. No es extraño que el central zurdo del Barça deba resolver situaciones propias de un lateral, cerca de la cal, gestionando los relevos y las coberturas sobre la posición por la que hace sólo unas semanas Gerard competía. El lateral que la temporada pasada nadie esperaba ahora es el central zurdo del Barça. El de Flick, Cubarsí, Balde, Pedri, Eric o Raphinha.
– Foto: Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images









































