Giuliano Simeone blindado hasta 2030 | OneFootball

El Atlético trabaja en silencio en una renovación que marcará el futuro inmediato del Metropolitano. La operación, avanzada en los despachos, responde al descomunal crecimiento de un jugador que ya es presente y que apunta a convertirse en bandera también con la albiceleste.

El club rojiblanco lleva dos veranos volcados en su reconstrucción. Más de una decena de fichajes han reforzado la plantilla, mientras Julián Álvarez y Barrios se consolidaron como pilares con cláusulas de 500 millones y contratos hasta 2030. A ellos se sumó Baena, convertido en pieza de nivel para cualquier grande. Ahora el siguiente paso lo protagoniza Giuliano Simeone, cuyo vínculo se extenderá igualmente hasta 2030.

El delantero ya estaba ligado al club hasta 2028, pero su evolución ha desbordado cualquier previsión. Desde que irrumpió con fuerza la pasada campaña, acumula 60 partidos, siete goles y once asistencias, además de un despliegue físico que le ha abierto las puertas de la selección argentina. Scaloni cuenta con él de cara al próximo Mundial, lo que multiplica su valor en el mercado.

En el Metropolitano lo tienen claro. Con apenas 21 años, ha pasado de superar una grave lesión durante su cesión en el Alavés a convertirse en pieza indiscutible para Simeone padre. En este tiempo ha rechazado propuestas, incluida una de la Atalanta para disputar la Champions, porque su sueño es triunfar de rojiblanco.

El blindaje que ultima el director deportivo Carlos Bucero refleja esa apuesta. El club busca que Giuliano siga el mismo camino que los pilares del proyecto, asegurando su continuidad en un contrato largo y con condiciones acordes a su impacto. La apuesta va más allá del apellido: es el fruto de un rendimiento que le sitúa ya entre los futbolistas más determinantes del equipo.

Su última actuación lo volvió a dejar claro: un gol de cabeza que recordó a la icónica diana de su padre en 1996, además de acciones defensivas, precisión en el pase y peligro constante en el área rival. El mensaje es evidente. La saga Simeone tiene cuerda para rato.