Vermouth Deportivo
·3 de septiembre de 2025
Gustavo Alfaro: «Paraguay me hizo daño, me rompió el caparazón de protección que tenía»

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·3 de septiembre de 2025
El entrenador de la Selección de Paraguay, Gustavo Alfaro, abrió su corazón al pueblo guaraní y los emocionó con unas inolvidables palabras antes del partido frente a Ecuador por la fecha 17 de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026. Los paraguayos clasificarán con un punto en Asunción y el director técnico confesó todas las emociones que el equipo guaraní le despertó en este tiempo como DT.
«El Gustavo Alfaro hombre está conmovido. Está conmovido porque Paraguay… Que se entienda bien lo que voy a decir: me hizo daño. Me rompió el caparazón de protección que yo tenía. Yo tenía un caparazón de protección porque los sinsabores, cuando los tenemos que vivir, son muy duros. Las ingratitudes pegan fuerte. Tener que irnos de un lugar, como me tuve que ir de Ecuador, porque no nos cumplieron, me dolió. Fue un duelo de 11 meses. Y tener que ser valiente para callarse la boca y no decir nada, es trasuntar todo por adentro»
«Tengo la piel de cocodrilo decía yo. A mí no hay flecha que me entre. Hasta que llegué a Paraguay. Paraguay me rompió esa estructura. Y me volvió un tipo muy vulnerable, muy humano y muy cercano, que se conmueve mucho con los gestos de amor y de humildad de toda la gente».
«Me pasa, los chiquitos, los niños que vienen y me abrazan y me dicen ‘¿enserio es el técnico de la selección?’ El poder magnífico que tiene el fútbol, el poder maravilloso que tiene el fútbol… Paraguay me abrió absolutamente todo eso»
«Y yo me siento vulnerable, pues, tengo el temor de que yo siempre digo que los afectos ganados son provisorios y los perdidos suelen serlo para siempre. Gracias a Dios el haberme ido de Ecuador no me hizo perder el sentimiento ni con los jugadores ni con la gente de Ecuador. Yo tengo mucho miedo de perder el amor que la gente de Paraguay me está dando. Y eso obviamente que a mí me genera una obligación muy grande, un desafío muy grande. Porque uno encarna el sentimiento y uno encarna el sufrimiento. Y si bien no soy de aquí ni nací aquí, siento que tengo raíces muy cercanas y tengo sentimientos muy cercanos en ese aspecto»
«Y ojalá mañana pudierámos conseguir el resultado del cual vamos a tener que sacrificarnos y sufrir mucho, porque nos va a costar mucho el partido. Pero que, ojalá, en ese ensayo de imaginación que hice con los jugadores en la primera charla, en el que en un momento el árbitro pita, se termina, nos miramos, sentimos que todo es color, que todo es calor, que todo es pasión, que es el sentimiento más sublime de haber llegado a la clasificación de una Copa del Mundo»
«Ojalá mañana lo podamos hacer realidad, ojalá mañana cuando (Raphael) Claus pite el final, nosotros nos podamos mirar a los ojos, sentirnos reconocidos, abrazarnos entre nosotros y a toda la gente. Y ojalá me gustaría salir rápido del estadio y meterme en una tribuna. Y disfrutar como uno más. Porque me hizo mucho daño Paraguay. Afloró una parte mía que yo ya la tenía enterrada por una cuestión de autoprotección, que uno se autoimpone para no vivir ese tipo de frustraciones tan duras y tan difíciles y de tanta soledad que vivimos los entrenadores en el momento en el que nos tenemos que ir».
«Estoy con la ilusión de ser uno más de todos los muchachos, de todos ustedes (periodistas), de toda la gente, que ojalá tengamos el privilegio de abrazarnos en el final, de reconocernos en nuestra lucha, de poder mirar a los míos, de poder mirar a mí mujer y a mis hijas, y yo pueda ver en su mirada la sensación del deber cumplido. Y que después, en un abrazo interminable, nos juramentemos entre todos hacer la mejor versión de Paraguay de su historia»