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·15 de septiembre de 2025

La inocencia en las áreas está condenando al Celta

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Los de Giráldez suman solamente cuatro tantos a favor en las cinco primeras jornadas ligueras y los rivales les penalizan con muy poco

El Celta de Vigo está teniendo un inicio de temporada complicado. A pesar de mantener un bloque de jugadores similar al de la pasada campaña, al conjunto gallego se le está atragantando su primera victoria. El combinado celeste compite contra cualquier rival, por tramos incluso domina, pero la falta de contundencia en las dos áreas lo está penalizando.

Falta de ideas y malas decisiones en ataque

Claudio Giráldez comentaba, antes del cierre de mercado, la necesidad de un creador de juego, capaz de dar el famoso último pase. Finalmente ese jugador no llegó. Esto no hace que, la falta de ocasiones del Celta se deba exclusivamente a la ausencia de esa pieza, ya que es una cuestión más global. Al equipo le está costando lo más valioso del fútbol, el gol. El Celta suma únicamente cuatro dianas en los cinco encuentros que ha disputado hasta la fecha. De esos cuatro tantos, uno fue de penalti y otro en una jugada aislada, tras un despeje del equipo rival. Solo dos nacieron en jugadas elaboradas.


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Iago Aspas durante un partido de esta temporada. | Twitter @RCCelta

Iago Aspas, que antes mantenía al mismo tiempo el rol de generador y finalizador, tiene 38 años y ya no puede multiplicarse. El de moaña está siendo decisivo a través de filtrar balones al espacio a los carrileros, una de las únicas facetas en la que el Celta está logrando generar peligro. Cada vez que el 10 recibe, o bien Javi Rueda o bien Sergio Carreira saben que el balón les llegará, con ventaja, a línea de fondo. El problema está en que cada vez Aspas es capaz de ofrecer menos minutos de calidad, pero sigue siendo el mayor foco de peligro celeste siempre que el físico le aguanta.

La pérdida de Alfon en el costado izquierdo hace que al conjunto gallego le falte un desequilibrador. Bryan Zaragoza todavía no está teniendo ni la continuidad ni los minutos suficientes para asentarse en el once y, sin él, la plantilla no tiene otro jugador capaz de superar a uno o dos rivales en conducción. Cuando el conjunto gallego tiene que atacar posicionalmente y no puede hacer daño a la espalda de los laterales contrarios, se ve atrapado en una falta de ideas. A estas alturas, la temporada pasada y también bajo las órdenes de Claudio Giráldez, el club olívico sumaba ya 13 dianas, más del triple que las que ha conseguido por el momento.

Un problema defensivo que viene de fábrica

En Vigo hay una frase que es muy recurrente: «llegaron una vez y marcaron gol». La propuesta futbolística del Celta, desde hace ya un tiempo, es conocida por ser atrevida y ofensiva. El conjunto gallego busca siempre dominar los partidos a través de la posesión, presionar arriba e intentar pasar el mayor tiempo posible en campo rival. Giráldez ha incluso multiplicado esta idea, sin importar el lugar o el nombre del equipo rival. En muchas ocasiones, el exceso de ambición o de ganas de seguir atacando y presionando hace que los rivales le penalicen.

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El Cucho Hernández rematando ante la oposición de Mihailo Ristic en el Celta-Betis. | Jose Manuel Alvarez Rey/Getty Images

El Celta ha encajado seis tantos en estos primeros cinco encuentros y, tres de ellos, fueron en el primer disparo a puerta del rival. Ocurrió ante el Girona, frente al Betis y también contra el Getafe, que además anotó también en su segundo remate entre los tres palos. En esos tres partidos, disputados todos ellos en el Abanca Balaidos, el combinado celeste comenzó perdiendo. Algo que ocurrió también en casa ante el Villarreal, que anotó en su segundo remate a puerta.

Esta fragilidad defensiva no se debe a que el Celta sea un equipo que defienda mal, ya que no le generan excesivas ocasiones. Tampoco Radu es el culpable de los goles. De hecho, ante el Girona salvó el 0-2 en varias ocasiones. El problema radica en que cada oportunidad del rival se produce en una situación ventajosa y, en LaLiga, el contrario penaliza cada mínimo error o desconexión. Además, comenzar los partidos a remolque del rival pesa mentalmente y cambia el guion de los encuentros. Cada vez que el Celta se pone por debajo jugando en casa, se topa con rivales que dan un paso atrás, lo obligan a tener la iniciativa y, ante bloques bajos, los de Giráldez no están sabiendo encontrar los espacios para ser decisivos.

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