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·20 de octubre de 2025

La NBA vuelve con un nuevo orden

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Tiempo de relevos: la era que se apaga y la que reclama el trono

El otoño trae el olor a goma de las zapatillas y el zumbido de los aros que vuelven a encenderse. La NBA 2025/26 arranca esta semana: el martes 21 de octubre (madrugada del miércoles 22 en la península española) se pone en marcha una temporada que promete más preguntas que certezas y más nombres nuevos que viejas dinastías. Oklahoma City defenderá el trono contra Houston en el partido que abrirá el curso; después vendrá un duelo con olor a historia: Lakers-Warriors. Y con esos primeros compases se lee ya la agenda de un año donde el relevo no es una promesa, es un hecho.


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El Oeste: la corona y la amenaza del salvaje dominio joven

Oklahoma City llega como el campeón que sabe lo que es ganar en todas las fases del torneo. Con Mark Daigneault al frente y Shai Gilgeous-Alexander como emblema —MVP de la temporada regular pasada y faro en playoffs— el Thunder es hoy el punto de referencia. Shai no solo lidera el ataque: su progresión (32,7 p.p. en temporada regular y un pico de 37 puntos en postemporada según los datos dejados) convirtió a OKC en un equipo compacto, equilibrado y profundo.

Pero el Oeste es un ecosistema hostil. Los Houston Rockets dieron el golpe mediático y deportivo al cerrar la llegada de Kevin Durant, un fichaje que transforma al conjunto texano de aspirante a candidato. KD aterriza en su tierra con la misión explícita de pelear por un anillo y lo hace en una plantilla joven ya peligrosa: Amen Thompson y Alperen Şengün son piezas con cartel de All-Star y All-NBA, respectivamente. La química entre experiencia e impulso joven será la clave.

Los Lakers y los Nuggets siguen en el mapa. Los angelinos conviven con la incógnita de LeBron —en su temporada número 23— y la pujanza de Luka Dončić, cuyo protagonismo se ha convertido en el pulso del proyecto. Denver, con Nikola Jokić y la llegada de recursos interiores y tiradores como Jonas Valančiūnas y Cam Johnson, no renuncia a su candidatura: con Jokic el pívot sigue siendo un factor diferencial que pide compañía de nivel para aspirar al anillo.

A su vez, Timberwolves, Mavericks (con la expectativa sobre Cooper Flagg) y unos Warriors en proceso de reinvención mantienen el Oeste en ebullición. Es, quizá, la Conferencia con más aristas: talento joven, movimientos de mercado que reconfiguran rivales y la sensación de que cualquier error puede dejar fuera a un favorito.

El Este: vacío de poder y oportunidades para otros

Si el Oeste ostenta la épica del duelo abierto, el Este ofrece un mapa de incertidumbres. La lesión de Jayson Tatum y la de Tyrese Haliburton (rotura del tendón de Aquiles en los casos señalados) reconfiguran por completo las aspiraciones de Boston e Indiana, colocándolas en un momento de transición. Eso abre un hueco para equipos que han acumulado continuidad y orden.

Los New York Knicks son, en apariencia, quienes mejor han sabido leer la hoja de ruta para competir: mantienen núcleo y recursos para pelear hasta el final. Los Cleveland Cavaliers, con Donovan Mitchell, Evan Mobley y Jarrett Allen, llegan tras firmar la mejor regular season del año anterior y mantienen la condición de firme aspirante. Orlando y Detroit, con jóvenes como Paolo Banchero o Cade Cunningham, se sitúan como proyectos con recorrido y hambre, capaces de aprovechar una conferencia más abierta.

En resumen: el Este es menos claro, pero eso no lo hace menos competitivo. Lo convierte en un tablero ideal para sorpresas y para la consolidación de apuestas jóvenes.

Relevo generacional: ya no es futuro, es presente

La narrativa dominante en la NBA hoy no es la de los últimos bastiones de una generación, sino la de la coexistencia. Nombres como LeBron, Curry o Durant siguen siendo relevantes, pero la narrativa principal la marcan Shai, Luka, Wembanyama y la exigencia de Jokic. La liga ha transitado de la figura individual al concepto colectivo: ganan los que piensan en sistema, en control del espacio y en rotaciones inteligentes.

Victor Wembanyama, sano y con ambición, y Cooper Flagg, llamado a ser rookie del año, son emblemas de una nueva hornada que no llega a sustituir a las leyendas de forma inmediata, sino a ponerse a su altura para exigir —con juego y físico— otro tipo de dominancias. La NBA, en 2025, es un cruce entre el último esplendor de algunas superestrellas y la emergencia sostenida de jóvenes que ya no piden permiso.

España en la liga: tres situaciones y un mismo pulso

Para España, la temporada trae presencia y diversidad de roles:

Santi Aldama (Memphis Grizzlies). A sus 24 años, Aldama afronta su cuarta campaña en la liga y llega consolidado. En la pretemporada ha sido titular en varios encuentros y la temporada anterior dejó cifras sólidas: 12,5 puntos, 6,4 rebotes y 2,9 asistencias de media. Aldama firma un contrato de tres años por 52,5 millones de dólares que le coloca como una pieza de referencia en el proyecto de Memphis: un español con presencia real y responsabilidades crecientes en una franquicia con aspiraciones de competir a alto nivel.

Hugo González (Boston Celtics). Con 19 años y elegido en el puesto 28 del draft 2025, Hugo se incorpora a una de las franquicias históricas y a la plantilla que aspira a retos grandes en el Este. Sus promedios en pretemporada (5,5 puntos, 2,8 rebotes y 0,8 asistencias en 16,3 minutos) sirven de anticipo: no vendrá a ser figura de inmediato, pero sí a empaparse de cultura de equipo y a formar parte de un entorno que puede acelerar su desarrollo.

Eli N’Diaye (Atlanta Hawks, two-way). Nacionalizado español y con 21 años, N’Diaye llega mediante un contrato two-way que alternará su participación entre Atlanta y la G-League. Es la vía típica para jóvenes que necesitan tiempo de rodaje y que pueden, si muestran consistencia, derivar en un contrato estándar. Para la representación española es una apuesta de largo aliento: dos jugadores con proyecto (Aldama y Hugo) y otro en observación (N’Diaye).

Es notable: la presencia española ya no es testimonial; combina consolidación, debut e incertidumbre. Y desde España, la mirada se vuelve expectante: hay talento para seguir, para celebrar y para analizar.

Apertura y primeras respuestas

La liga arranca formalmente el martes 21 de octubre con el Oklahoma City–Houston (01:30 a.m., primer partido de la jornada) y cerrará la noche con Lakers–Warriors (4:00 a.m.), un partido que, por simbolismo y nombres, funciona como termómetro tempranero. Esos dos partidos no decidirán la temporada, pero sí marcarán primeras sensaciones: química, estado físico y capacidad de los conjuntos para sostener las narrativas con las que han llegado al inicio.

La NBA que viene ya está aquí

Si algo define a esta NBA es la mezcla de respeto por lo consagrado y la urgencia de lo nuevo. El 2025/26 abre un capítulo en el que reinará la pluralidad: equipos con ideas, superestrellas en distintos momentos de su carrera y jóvenes que dejan de ser promesas para ser factores. Para España, la temporada trae rostros que veremos crecer, tomar minutos y, quizá, convertirse en referentes.

Al final, la pregunta no es tanto quién ganará en junio, sino qué liga veremos en el camino: ¿una dominada por nombres o por proyectos? Hoy, la respuesta parece clara: gana quien mejor entienda el cambio. Y ese, en esencia, es el nuevo orden.

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