El Tabloide Inglés
·12 de octubre de 2025
Una nueva era en el norte de Londres: la familia Lewis inyecta 100 millones de libras en el Tottenham

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·12 de octubre de 2025
El Tottenham vive días de agitación tras la salida de Daniel Levy, pero la reciente inversión de la familia Lewis parece marcar el inicio de un nuevo capítulo en la historia del club. ¿Qué hay detrás de esta millonaria inyección? ¿Por qué ahora? ¿Y qué podría venir después?
El Tottenham Hotspur vuelve a ocupar los titulares, esta vez no por sus actuaciones en la cancha, sino por un movimiento financiero que podría redefinir su futuro. La familia Lewis, accionista mayoritaria del club, ha inyectado 100 millones de libras esterlinas en capital fresco, una señal inequívoca de que su compromiso con la institución sigue firme, pese a los rumores sobre una posible venta tras la destitución de Daniel Levy el pasado 4 de septiembre.
Durante semanas, los hinchas y la prensa británica se preguntaron si la salida del hombre que dirigió los destinos del club durante 24 años respondía a una reestructuración con miras a una venta. Sin embargo, esta inversión parece disipar esas dudas: el Tottenham no está en venta. Al contrario, todo apunta a que la familia Lewis busca consolidar su control y darle oxígeno financiero a una entidad que, aunque estable, necesitaba liquidez para cumplir con sus compromisos inmediatos y afrontar nuevos desafíos.
El grupo ENIC, con sede en las Bahamas y propietario del 86,91% del club antes de la operación, fue el encargado de canalizar la inversión. Los 100 millones de libras, procedentes directamente del fideicomiso familiar Lewis, fueron aportados en forma de capital y no como deuda. En otras palabras, los Spurs no tendrán que devolver este dinero, sino que se trata de una ampliación de acciones que incrementa marginalmente la participación de ENIC hasta el 87,62%.
Lejos de representar un “fondo para fichajes”, esta inversión busca reforzar la posición económica del club en el marco de las reglas de beneficios y sostenibilidad (PSR) impuestas por la Premier League. Aunque el Tottenham no enfrentaba un riesgo inminente de incumplir dichas normativas, esta inyección de capital amplía su margen de maniobra y le permite afrontar los próximos años con mayor estabilidad financiera.
El movimiento llega en un contexto financiero exigente para los Spurs. A finales de junio pasado, el club debía más de 279 millones de libras netas en transferencias, la cifra más alta del fútbol inglés. Además, el mantenimiento del moderno Tottenham Hotspur Stadium, valuado en más de mil millones de libras, sumado a la ausencia de ingresos por Champions League, había tensionado las finanzas.
Con esta operación, el club se asegura liquidez sin recurrir a préstamos adicionales, en un momento en que su deuda total, tras el acuerdo de financiamiento con el banco Macquarie, ya roza los 1.000 millones de libras. Es decir, la familia Lewis opta por inyectar capital en lugar de seguir cargando la estructura con deuda, un cambio de enfoque significativo respecto al pasado.
Durante los 25 años que ENIC ha estado al mando del Tottenham, la financiación directa de los propietarios ha sido escasa. De hecho, este movimiento representa cerca del 40% del total de aportes realizados desde 2001. Sin embargo, en los últimos tres años se ha producido un giro evidente: desde 2022, la familia Lewis ha inyectado más de 230 millones de libras, casi diez veces más de lo aportado en las dos décadas anteriores.
Este cambio no parece casual. Con Daniel Levy fuera del cargo de presidente y Vinai Venkatesham —ex Arsenal— como nuevo CEO, el club parece encaminarse hacia una nueva filosofía: menos dependencia de la deuda, más inversión directa y una visión a largo plazo que prioriza la sostenibilidad deportiva y económica.
Fuentes cercanas a la familia Lewis describieron esta inversión como “una financiación inicial”, sugiriendo que podrían venir más aportes en el futuro. Si eso se confirma, el Tottenham estaría dando los primeros pasos hacia una nueva era financiera, más estable y ambiciosa.
Por ahora, los aficionados londinenses solo pueden especular. Pero una cosa está clara: el Tottenham se mueve, y lo hace con la mirada puesta en el futuro. La inyección de capital no solo refuerza la caja, sino también el mensaje que los nuevos tiempos quieren enviar: tras años de prudencia y deuda, los Spurs parecen listos para apostar en grande otra vez.