
La Galerna
·11 juillet 2025
La gran palanca congoleña

In partnership with
Yahoo sportsLa Galerna
·11 juillet 2025
Hola, amigos. Pedimos disculpas por el ligero retraso de hoy en nuestro arribo a la cita de todos los días. Hora es ya de que sepáis que el portanálisis no es obra de ninguna inteligencia artificial (tampoco de una natural, o eso nos parece cuando nos invade el realismo), y que por tanto está sujeto al devenir y las cuitas de personas de carne y hueso.
Estas personas de carne y hueso hoy no estaban inspiradas, lo que no quiere decir que a diario suelan estarlo. No nos escudaremos en pretextos. La demoledora derrota ante el PSG nos tiene aún consternados, y acercarse a unas primeras planas que no hacen sino dar vueltas y vueltas sobre el desastre no es plato de buen gusto. Vosotros sufrís las derrotas del Madrid, pero a nosotros, que también las sufrimos, luego nos toca, encima, rumiarlas y ofrecer un comentario sobre los medios que a su vez las comentan. No queremos presumir ni quejarnos pero, la verdad, ahí os querríamos ver.
Cuando os deja una novia, ¿os toca a renglón seguido comentar las portadas que lo narran (con un poco de suerte ni siquiera existen, salvo que pertenezcáis a la órbita del famoseo)? Cuando una inoportuna fractura ósea os postra en cama, ¿debéis además parafrasear por escrito el contenido del informe médico? ¿A que no? Bueno, pues a nosotros, cuando sufrimos la desgracia de una derrota del Madrid, nos toca encima no ya diseccionarla, que también, sino servir de eco (irónico, pero eco) de otros “expertos”, con frecuencia todavía más gilipollas que nosotros, que también las diseccionan en primeras planas, generalmente tan lacerantes como estultas.
De manera que nos hemos pasado el día entero revoloteando en torno a esto, como buitres que sintieran repulsa por la carroña en lugar de apetecerla, sin vernos capaces de hincarle el diente. Esa es nuestra confesión descarnada de las casi siete de la tarde.
Pero resulta que de pronto, cuando ya dábamos por hecho que no seríamos capaces de escribir una sola línea, se ha producido una noticia que, si bien no ha llegado a las portadas, nos ha trasladado de la desorientación más aciaga al entusiasmo jocundo.
Gozadla, gozadla con nosotros.
¿No es maravilloso? Comprenderéis que después de leer esta noticia ya no estemos tan mohínos. En su búsqueda afanosa de palancas, el inefable Jan ha llegado al África subsahariana. Congo es una de las grandes potencias financieras del continente (?), lo que ofrece las máximas garantías respecto a que hablamos de una operación contante y sonante, y en modo alguno de una tapadera más. Maravilloso el apunte tuitero de nuestro amigo El Norteño al respecto.
¿Entendéis ahora cómo el asunto ha logrado por fin sacarnos la primera sonrisa del día, a las 19:47 para ser exactos, hora a la que aún no hemos sido capaces de sacar adelante este portanálisis? Ojalá la noticia hubiera surgido antes. Nos habríamos sacudido esa melancolía, que nos encogía el alma, con anterioridad, y no nos habríamos ido hasta estas horas para facturar esta sección.
Por poco Ramón, nuestro querido Ramón, nos chafa la alegría con sus puntualizaciones de ilustre (e inoportuno) leguleyo.
A ver, Ramón, no nos vengas con tecnicismos que bastante nos está costando esto hoy. No seas aguafiestas. ya sabemos que técnicamente no es una palanca, pero déjanos que compensemos la tardanza en el portanálisis de hoy con el título más lascivo en los más de diez años de portanálisis diarios. “La gran palanca congoleña” bien podría ser un spin-off de “Emmanuelle negra”, aquel clásico del cine erótico que a su vez era una secuela africana de “Emmanuelle”, con Sylvia Kristel. Nos imaginamos a Laporta sentado en la butaca de mimbre del célebre cartel y todas nuestras penas fluyen bajo el puente, rumbo al mar. Era una película muy apreciada por un amigo del pueblo del portanalista de hoy, solo que él, no excesivamente políglota, la llamaba “En el muelle”. Tampoco es mal título para un film de salaces aventuras portuarias. Al fin y al cabo, este mismo amigo de este mismo portanalista tenía en su casa una fotonovela rijosa en cuya primera página aparecía una morena tolenda cuyos pensamientos, visibles al lector en el correspondiente bocadillo, nos confiaba su deseo de ser emparedada por dos marineros rusos.
No pasaremos por alto el oportunísimo comentario de nuestro (también) colaborador Miguel Ángel Uriondo al post original de Ramón. “Es intencional. Si todo es una palanca, nada es una palanca”. Por eso Sport, hoja parroquial del Padre Jan, opta por el término. Para difuminar la enormidad y agotadora frecuencia de los chanchullos culés.
“La gran palanca congoleña” podría también ser el título de un tratado antropológico de algún explorador danés del siglo XIX. Nos honraría muchísimo la coincidencia pero, caso de topar con ella, queremos que tengáis clara su condición de tal. Nunca plagiaríamos una cosa semejante.
Y es así como hemos recuperado la sonrisa, amigos. A las 20:06PM. No sabemos si a vosotros os habrá valido la pena esperar tanto hasta la llegada de esta pieza, pero a nosotros sí nos ha arreglado el día la ocurrencia de Jan. Nos consta que el presidente del club cliente de Negreira (a quien por cierto el propio Jan cuadriplicó el sueldo) importa para su exclusivo uso y consumo ingentes cantidades de Conguitos. No estamos, sin embargo, en condiciones de confirmar que se haya tratado de una epifanía concebida al recibir la última remesa.
Os dejamos con las portadas de Sportivo, y también con un bello homenaje a Hergé de nuestro (también) colaborador Fred Gwynne.
Pasad una buena noche.