La Galerna
·9 novembre 2025
Los enchufes del Camp Nou y el cortocircuito de Simeone

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·9 novembre 2025

Buenos días, amigos. Vinícius —el Madrid entero— es como un detector de metales, pero en lugar de identificar estos elementos bajo tierra, desvela acomplejados y traumatizados allá donde se encuentren.
Ayer, Atlético de Madrid y Levante disputaron un encuentro en el Metropolitano. El equipo de Gil Marín, quien se apropió indebidamente del mismo junto a Henry Cherry, ganó 3-1 y Marca, cuyo director casualmente celebra barbacoas con Gil hijo —conocido por algunos como el tío Gilito—, le dedica esta portada laudatoria al equipo, a su entrenador Simeone y al hijo de este.

Durante el encuentro, y tras una amonestación a un jugador colchonero, al Cholo se le fundió otro fusible, cortocircuitó, hizo aspavientos —como dice Garabatxs— y le gritó a Hill Apple Tree: «¡Una amarilla por eso! ¡A Vinícius no se la sacas!». Otro ejemplo de Vini como detector de personas con problemas, porque por mucho dinero que se tenga, en numerosas ocasiones es necesaria la ayuda de un profesional.
No cuesta imaginar a Simeone en la cena de Nochebuena, con la familia reunida, entre villancicos y belenes, probando la comida, haciendo aspavientos y gritándole al servicio: «¡El cordero está frío, seco por dentro, poco crujiente por fuera! ¡Este no se lo sacas a Vinícius!».
Tampoco es difícil imaginar a un Cholo del futuro con una camisa de fuerza, la mirada vacía, meciéndose hacia adelante —alante, diría él— y hacia atrás, repitiendo: «Teníamos las dos ganadas, no fue doble toque, a Vinícius no se la sacas», mientras la enfermera Ratched le acerca unas píldoras y un vasito de cartón con agua.
No le ocurre solo al Cholo, a los atléticos en general se les funden los plomos cada vez que recuerdan a Vinícius y al Madrid. Sufren una sobrecarga emocional de corriente que alterna el odio con el complejo y les salta el diferencial. Es más sangrante el asunto porque en el club hay una corriente, no mayoritaria pero sí continua, de energúmenos de ideología neonazi con dos asesinatos a sus espaldas que, auspiciados por el club y aplaudidos por los jugadores, se dedican a proferir cánticos racistas, lanzar objetos al campo, colgar muñecos de Vini y un largo etcétera de actos de esos que la Fiscalía archiva porque solo duran unos segundos y se producen en un contexto de máxima rivalidad.
No viene mal recordarle al entrenador rojiblanco esto de Kollins: «A Vinícius le han sacado 53 amarillas y 4 rojas en España en poco más de 5 temporadas».
A Vinicius le han sacado 53 amarillas y 4 rojas en España en poco más de 5 temporadas, acomplejado–
Un Kollins, por cierto, que ayer presentó junto a Tomás Guasch y el propio autor el libro Anatomía de un Negreirato, de Rafael Gómez de Parada. Al acto, celebrado en la Peña Madridista Bellvitge de Hospitalet, también acudieron los galernautas Athos Dumas y Paco Sánchez Palomares.
Tras este interludio, continuamos.
En Marca hablan del Madrid: «Máxima tensión en Vallecas». Y muestran la patita otra vez: «La derrota en Liverpool pone a Xabi Alonso en el foco». También están traumados, aunque por otros motivos, y recurren a ese «en el foco» cada dos por tres. Este portanalista tiene curiosidad por ver a quién pelotearán y a quién atacarán cuando cambie el jardinero que les riega.
Los de Gallardo utilizan «máxima tensión» para referirse al partido del Madrid —cuya previa, escrita por Alberto Cosín, podéis leer aquí—, cuando en realidad podrían haber utilizado esas palabras para el estado de Simeone o para el novísimo Camp Nou. Si bien es cierto que decir nuevo Camp Nou es un pleonasmo como subir para arriba, cita previa, puño cerrado o el Madrid ganó otra Champions.
Según nos descubre Joan León en Sport, en el nuevo Camp Nou hay hasta cuatro filas para los periodistas y, ojo, ¡ojo!, arriba, en cada puesto, ¡pone el número del pupitre! Quizá sea la primera vez que sucede en un estadio de fútbol.
Pero lo mejor no es que los periodistas tengan un puesto para trabajar y además numerado para distinguir uno de otro, sino, ojo, ¡ojo!: ¡cada periodista tiene hasta cuatro enchufes para poder cargar el ordenador, el teléfono y etcétera!
Puff, ¡madre del amor hermoso! ¡¿Cuándo se ha visto algo igual?! Ni el Coche Fantástico contaba con tanta tecnología avanzada.
Lástima que el vídeo sea tan corto, nos hemos quedado con ganas de más. Conminamos a Sport a que nos enseñen más zonas del nuevo Camp Nou. Podrían enviar —si no se encuentra acosando a familiares de árbitros— a Iván San Antonio.
Documental propio de la BBC. San Antonio grabando, tipo Callejeros, en los vestuarios: «Podéis observar que cada jugador tiene un pequeño banco para sentarse, una percha, una toalla de Cobi y unas chanclas. El vestuario cuenta con ¡un enchufe! comunitario para que los futbolistas puedan cargar sus móviles y enchufar el secador para apañarse el pelete tras la ducha. Porque, esa es otra, el nuevo Camp Nou tiene duchas con agua caliente, que puede ser templada si se abre un poquito el grifo del agua fría. Los chicos también disfrutan de baños con pestillo para preservar su intimidad. Voy a mostraros uno, mirad, abro la puerta y… ¡¿pero qué haces ahí, Jan?!».
Sin embargo, de manera inexplicable, que haya cuatro enchufes en el Camp Nou no es portada ni de Mundo Deportivo ni de Sport.
Confesamos que al leer el frontispicio de Sport hemos dado un pequeño respingo: «No se puede fallar». Estábamos sin gafas y hemos confundido una a con una o. Pero no, lo que no se puede es fallar, lo otro sigue siendo legal, de momento, aunque se realice fuera del matrimonio y no sea sábado sabadete.
Gabinete cantaba que había cuatro rosas en tu honor: dos por gemir y dos por sonreír. El nuevo Camp Nou tiene cuatro enchufes: uno por la liga, otro por la RFEF, otro por el CTA y otro por el Gobierno.
Pasad un buen día.
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