Un 10 Puro
·17 dicembre 2025
El Madrid avanza entre la polémica y el aviso de Talavera

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TALAVERA DE LA REINA, SPAIN - DECEMBER 17: Kylian Mbappe of Real Madrid celebrates scoring his team's first goal with teammates during the Copa del Rey match between CF Talavera and Real Madrid at Estadio El Prado on December 17, 2025 in Talavera de la Reina, Spain. (Photo by Florencia Tan Jun/Getty Images)Florencia Tan Jun / Web Summit / Sportsfile
El Real Madrid cumplió en Talavera y avanzó en la Copa del Rey, pero lo hizo sin autoridad y con un reguero de dudas que el marcador no alcanza a tapar. Ganó, sí, pero volvió a mostrar un equipo frágil por momentos, incómodo cuando el contexto se le volvió adverso y demasiado dependiente de acciones aisladas para sostener el resultado.
Desde el inicio, el partido se jugó en el territorio que el Madrid esperaba. Dominó la posesión, se instaló en campo rival y encontró pronto a Mbappé como principal vía de amenaza, activo y vertical. Sin embargo, ese dominio fue más territorial que profundo. Talavera resistió con orden, sin complejos, y cada vez que pudo lanzó el mensaje de que el partido no estaba cerrado.
La primera gran ocasión blanca llegó temprano, con un disparo del francés que obligó al portero local a intervenir. Fue un aviso, no un golpe. El Madrid movía la pelota, pero le costaba acelerar y, sobre todo, imponer una diferencia clara entre un equipo de élite y uno de categoría inferior.
El partido se tensó con una primera acción polémica en el área madridista, reclamada por Talavera y desestimada por el árbitro. La sensación de agravio quedó flotando y explotó justo antes del descanso, cuando el colegiado sí señaló penalti, esta vez a favor del Madrid, por una mano muy discutida. Mbappé no falló desde los once metros y adelantó a los blancos en medio de un ambiente ya caldeado.
Casi sin tiempo para digerirlo, un gol en propia puerta amplió la ventaja antes del intermedio. El 0-2 parecía sentenciar la eliminatoria, pero no reflejaba lo que estaba pasando en el campo: un Madrid con ventaja, sí, pero sin control emocional ni futbolístico.
En la segunda parte, el equipo de Xabi Alonso optó por administrar la renta en lugar de ir a cerrar el partido. Bajó el ritmo, se refugió en la posesión y permitió que Talavera creyera. Y cuando un equipo cree, el escenario se vuelve peligroso.
Otra acción discutida en el área volvió a encender las protestas locales y, poco después, Nahuel recortó distancias con un gol que reactivó al estadio y puso nervioso al Madrid. De repente, el partido dejó de ser trámite y se convirtió en examen.
Los últimos minutos fueron incómodos. El Madrid defendió más por acumulación que por convicción, con dudas atrás y sin la calma que se le presupone a un equipo de este nivel. Talavera empujó con orgullo y el miedo a una sorpresa recorrió el campo hasta el pitido final.
El Real Madrid pasó, pero no convenció. Talavera cayó, pero salió reforzado. Y la Copa volvió a recordar que no basta con estar, hay que imponerse.









































