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·3 novembre 2025
El mensaje de Lamine Yamal tras una semana dura

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·3 novembre 2025

La victoria del Barcelona por 3-1 sobre el Elche fue una declaración de intenciones por parte de Lamine Yamal.
El joven delantero llegó bajo un intenso escrutinio mediático, tras la que posiblemente fue la semana más difícil de su corta pero intensa carrera.
Sin embargo, una vez más demostró por qué es todo menos ordinario.
Mientras que la mayoría de los adolescentes se derrumbarían bajo semejante atención, el prodigio del Barcelona canalizó todo ese ruido en una buena actuación, y solo le bastaron ocho minutos para ser noticia por los motivos correctos.
Tras controlar el balón magistralmente con la zurda, dio un rápido paso hacia dentro y soltó un potente disparo a la escuadra, un gol que silenció a sus críticos en un instante.
Cabe destacar que no fue solo el gol lo que acaparó la atención, sino también la celebración.
En un gesto cargado de emoción y significado, Yamal corrió hacia el banderín de córner, mordiendo el escudo del Barça con rabia, pasión y orgullo.
Rodeado de sus compañeros, dejó escapar un rugido que resonó más que cualquier entrevista. Luego, una vez finalizado el abrazo, señaló con firmeza el escudo una vez más.
Este momento tuvo un aire simbólico. El adolescente, que antes celebraba sus goles colocándose una corona imaginaria en la cabeza, optó en cambio por destacar el escudo.
A lo largo de todo el partido, el joven extremo demostró confianza, creatividad y una madurez impropia de su edad.
La vacilación había desaparecido, sustituida por un deseo intrépido de enfrentarse a los defensores y hacer que las cosas sucedieran.
Su actuación fue también una respuesta discreta a las críticas, especialmente después de lo sucedido en El Clásico.
Contra el Elche, el joven cambió por completo la narrativa. Atacó sin descanso, asumió la responsabilidad y se aseguró de que todos los espectadores recordaran exactamente quién es.
Si este fue realmente un punto de inflexión, no podría haber llegado en mejor momento. A pesar de todo lo que se decía a su alrededor, Yamal le recordó al mundo que habla un idioma mejor que nadie: el fútbol.
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