Laporta obra el milagro: un Barça campeón low cost | OneFootball

El club azulgrana vuelve a codearse con la élite. Lo hace sin despilfarros, lejos de las cifras millonarias que mueven sus rivales directos en Europa.

Cuando Joan Laporta ganó las elecciones el 7 de marzo de 2021, heredó un club hundido. Económicamente, con una plantilla desvalorizada y todavía marcada por el 2-8 de Lisboa. Cuatro años más tarde, el Barça ha cambiado su rumbo. Volvió a semifinales de Champions y levantó un triplete nacional. Todo ello gastando mucho menos que Real Madrid, Atlético y los gigantes de la Premier.

El Barça ha invertido 337,4 millones en fichajes desde el regreso de Laporta. Una cifra reducida en comparación con los 483,5 millones del Real Madrid o los 520,2 del Atlético en el mismo periodo. El contraste es aún mayor si se miran los cinco grandes de Inglaterra: Chelsea (1813), Manchester United (1077,7), Manchester City (1004), Arsenal (988,2) y Liverpool (926,8).

El método fue claro: austeridad, cesiones y cantera. En 2021 llegaron libres jugadores como Eric, Kun Agüero, Memphis o Dani Alves. Solo se pagó en invierno por Ferran Torres. En 2022, el verano de las palancas, se gastaron 159 millones en Lewandowski, Koundé, Raphinha y Pablo Torre. Aquel curso el Barça levantó Liga y Supercopa.

Después volvió la contención. En 2023 apenas se invirtieron 3,4 millones en Oriol Romeu, mientras aterrizaban gratis Gündogan o Iñigo Martínez. También cedidos Joao Félix y Cancelo. En enero llegó Vitor Roque. Un año más tarde se pagaron 60,5 millones por Dani Olmo y Pau Víctor. El resto, fichajes de bajo coste y apuestas de cantera.

La clave, precisamente, está en La Masia. Jóvenes como Lamine Yamal, Cubarsí, Gavi, Fermín, Balde o Casadó sostienen el nuevo proyecto. Todos ellos han sido determinantes para devolver al Barça a lo más alto.

El mérito de Laporta se mide en números. Mientras otros gastaban miles de millones, el Barça reconstruyó su plantilla con inteligencia. Hoy vuelve a ser candidato a todo en Europa, pero con una inversión mínima.