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·17 settembre 2025
Mikel Jauregizar ilumina la Champions League

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El Athletic perdió, pero avisan al resto de Europa con su filosofía. Un club de cantera, que sobrevive a base de su Lezama, de lo que rescata en Tajonar y algún que otro ojo echado en la Real Sociedad. El partido de los de Ernesto Valverde ante todo un semifinalista como el Arsenal fue una obra arte desde lo táctico. Jaleados por un San Mamés con aura de coliseo romano, los leones salieron para devorarse al gladiador Mikel Arteta y los suyos durante 60 minutos. Dentro de esta actuación coral como equipo, brilló uno por encima de todos: Mikel Jauregizar, completando una gran apertura de esta nueva edición del torneo más laureado del fútbol europeo.
El currículum del chico de Bermeo presentaba antes del retorno del Athletic a la Champions League después de más de una década; 11 partidos en la Europa League, pertenecientes a la pasada campaña. Es decir, era virgen en la competición más prestigiosa a nivel de clubes, pero esa falta de experiencia se borró desde el pitido inicial. La presión alta de los del Txingurri, así como el marcaje al hombre individual, especialmente, el de Oihan Sancet sobre Zubimendi o Delan Rice cuando ejercían el rol de pivote que se ofrecía a los centrales, favorecieron el contexto de Mikel Jauregizar para firmar, posiblemente, la primera noche mágica de las muchas que tendrá en su carrera en esta tipología de escenarios.
Porque sí, Mikel Jauregizar es un mediocentro donde, en muchas ocasiones, no toma riesgos y basa su rendimiento en cumplir en su zona del campo. ¿Qué quiero decir? Simplemente, incido en su posicionamiento. En este sentido, el 18 tiene la suficiente inteligencia para estar siempre en el lugar correcto. Entonces, en estos casos, pocas veces se ve la versión explosiva de JaureWizard, como le apodan muchos. Pero cuando el Athletic juega ante un equipo categoría 5 estrellas, es ahí donde dentro de la maestría táctica de Ernesto Valverde como entrenador, hace que brillen los picos individuales de sus cachorros.
Mikel Jauregizar, en un duelo junto a Delan Rice. Foto: Ignacio Pérez
Sí, la manada athleticzale ahogó la creatividad del Arsenal. Y todo gracias a un Mikel Jauregizar que mostró a toda Europa su capacidad en el robo, pero también su versatilidad para interrumpir el juego del rival así como su manera de iniciar el fútbol de los suyos. Es una locomotora donde su repetición de esfuerzos es una locura. Absolutamente, se impuso en el primer tiempo a uno de los mejores tridentes de mediocampistas del mundo, como son Martín Zubimendi, Delan Rice y Mikel Merino, con permiso de la ausencia por lesión de Martín Odegaard, por supuesto.
Ahora muchos de ustedes dirán: Entonces… ¿Cuál es la diferencia del Mikel Jauregizar que se ve ante un Deportivo Alavés al que se le puede ver ante un FC Barcelona o un Arsenal como anoche? Cuando se asoma al área. Su anticipación para robar en la presión alta da un toque de agresividad al Athletic. Un plus tanto con balón como sin el mismo. Y lo mejor de todo es el factor creativo que aporta. Porque a la falta del desborde de Nico Williams, a la jugada clásica de dentro hacia afuera de Berenguer o la capacidad física de Oihan Sancet como mediocentro ofensivo, Jauregizar se impone desde la calidad. Sí, impulsado por un físico prodigioso, pero con una clase que atesoran pocos.
Mikel Jauregizar, gritando de rabia ante el primer tanto del Arsenal. Foto: Ander Gillenea
La comparación es odiosa, pero es un jugador capaz de ser un 6 moderno, acercándose a mucho de las reproducciones futbolística que regala Pedri en el conjunto blaugrana. Tiene la capacidad física en términos vintage de ser el recuperador de pelota así como de destruir las intenciones ofensivas de su rival, pero también, tener ese rol creador como en el mediocampo así como de mediapunta o interior posicional que irrumpe en la activación alta para luego generar la jugada ofensiva.
En definitiva, muchos se sentaron en el sofá queriendo ver los ecos que dejó Delan Rice ante el Real Madrid la pasada campaña o ver la adaptación de Zubimendi a la pizarra gunner. En cambio, vieron a un Mikel Jauregizar que se consagró como la joya a descubrir por muchos analistas internacionales. Sólo la lectura de Mikel Arteta eclipsó su actuación, donde Leandro Trossard y Gabriel Martinelli acabaron siendo los héroes con unos cambios donde la unidad B del Arsenal ganó un partido de esos que tienen todo club que quiere ser campeón: oficio y saber dar los golpes.