Parce, Kevin Mier salvó a la Selección Colombia de un papelón | OneFootball

¡Parceeeees, qué debut el de Kevin Mier con la Sele, qué locuraaaa! Desde que se puso los guantes en el Metropolitano, uno ya sabía que iba a ser una noche especial. Frente a Perú, por las Eliminatorias, el man se paró firme, con toda la confianza que le dio ser campeón con el más grande: Atlético Nacional, papá.

Y cómo no iba a responder si eso ya lo ha hecho mil veces en el Atanasio, con la hinchada verdolaga coreando su nombre. Esta vez no fue diferente: cuando la cosa se puso dura, cuando el Oreja Flórez se vino solo en ese mano a mano, Kevin dijo “¡por aquí no pasás, ome!” y le metió una atajada de otro planeta, ¡digna de un arquero de élite, parce!

Ese momento fue clave. Nos tenía a todos con el corazón en la garganta, pero el Kevin no se arrugó, no dudó, no tembló. Se estiró como tigre en la selva y salvó lo que era el 0-1 fijo. Eso no lo hace cualquiera, eso lo hace un portero con sangre ganadora, con el ADN Verdolaga bien metido en las venas.

Y es que, seamos serios, muchachos… ¿quién más debería ser el titular en Argentina sino él? Kevin Mier está en su momento, está volando, está mostrando que está para cosas grandes, de esas que marcan historia. Tiene reflejos, liderazgo, y sobre todo, una tranquilidad que contagia. Eso no se compra, parce, ¡eso se lleva adentro!

Nos llena de orgullo que un jugador salido de Nacional se esté adueñando del arco de la Selección. ¡Eso es cantera, eso es trabajo bien hecho, eso es creer en los nuestros! Y no es porque sea nuestro, pero Kevin transmite seguridad, transmite futuro, transmite confianza. ¡De esos arqueros que no se ven todos los días, parceros!

Ahora lo que toca es que lo respeten, que lo valoren y que le den la titular en serio. Porque si lo hace así en su primer partido con la mayor, imagínense lo que puede lograr con ritmo, con partidos seguidos, con el respaldo que necesita. Mier no solo es grande, Mier es el presente y el futuro del arco colombiano, parceros.

Así que celebremos este debut como lo que fue: una muestra más de que el talento de la casa, de la tierra, del verde del alma, está para comerse el mundo. ¡Grande Kevin Mier, orgullo Verdolaga, corazón de león! ¡Vamos con toda, parce, que esto apenas empieza!