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·3 novembre 2025

Rincón del Turco: Nunca es para siempre

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«Es que no ves que ya perdí toda mi fe, que no hay momento, que no hay tiempo, que no puedo recordar…Que cuando creíamos en el amor, y en cada caricia amanecía un nuevo sol, más nunca es para siempre» Nunca es para siempre – Presuntos implicados.Qué iluso es el corazón. Hay momentos en la vida en los que, a pesar de que este tanto quiera, la realidad se amtepone en la cara y dice que no va a suceder. Póngalo en el escenario que quiera: Las relaciones interpersonales, el trabajo, o hasta un partido de fútbol.Y da la casualidad que, cuando esto sucede en un partido de fútbol, el aterrizaje suele ser cruel, doloroso y despiadado. El azotón de bruces llega a ser sin anestesia, y algunas veces, hasta sin pudor.Eso le sucedió al América anoche en la cancha del Atanasio Girardot, aún cuando iba con la pequeña ilusión de ganar la serie semifinal de copa, y de paso, sacarse un poco de la Mierda que quedó pegada en el prestigio después de aquella dolorosa y vergonzosa final del año pasado. Digamos que tenía algún argumento para creer, después de haber ganado el clásico y haberle ganado a Junior en liga, y de qué se veía alguna mejora futbolística en el terreno de juego, y un poquito más de criterio en la estrategia de David González.Incluso, puedo llenarse de más motivos después de aguantar 36 minutos haciendo un partido medianamente correcto, en el que si bien no era el equipo que llevaba la iniciativa, sí supo controlar el medio campo, quitarle peligrosidad al rival, y darle manejo con la posesión del balón.Pero pues… Bienvenidos a la realidad de América de Cali 2025. Un equipo especialista en autosabotearse, en mandar al Carajo, con una saga de errores imbéciles, el buen trabajo que pueda llegar a hacer. El error de Tovar, y sobre todo, el de un Luis Alejandro Paz, que, con dolor para quien escribe, ya no puede vivir de La sombra del bicampeonato, desmantelaron todo el plan que América había propuesto para intentar darle trámite a la serie de 180 minutos.El segundo tiempo fue más de lo que tantas veces se ha visto este año. Jugadores en un nivel paupérrimo, mirando correr al rival en la cancha, y un técnico, como sus antecesores, en pleno estado de incapacidad de darle vuelta a un partido. EI segundo Gol fue la reafirmación de lo que todos pedíamos para corregir, y a David González no se le dio la gana de hacer. El tercero, amén de la capacidad y talento de Rengifo, es la muestra del poco trabajo en pelota quieta, y el cuarto es simplemente el del rival qué se floreó como se le cantaron las gónadas, para ampliar la afrenta. Ni siquiera el gol de Garcés maquilla la dantesca noche de América en Medellín. Perfectamente pudo haber sido víctima o una paliza histórica, pero el adversario se conformó con el 4 a 0, con el 4 a 1 tampoco hizo mucho, e incluso se dio el lujo de meter suplentes de cara a lo que muy seguramente va a ser la final de copa para ellos.Saludamos de nuevo este golpe de realidad, otro más que nos termina metiendo esta institución ante uno de los odiados contrincantes, en una plaza a la cual ya parece que hay que ir pensando en cuánto nos vamos a traer en la canasta.Volvemos a mirarnos entre nosotros con la misma desazón,, con las mismas caras largas, una guerra de civil a punto de desatarse entre la misma afición, mientras que, desde adentro, las «respuestas» no son más que un libro repleto de excusas gastadas, discursos mandos, y expiaciones a tutiplén. Nunca es para siempre, y Llegará el momento en que se revertirá esa historia, y tendremos la dignidad de jugar una serie con la ardentía y la seriedad que implica un clásico en una semifinal, pero por ahora, nos nos han reducido a esto. Sería ilógico pensar que la serie no está resuelta, aún cuando faltan 90 minutos en Cali.Nunca es para siempre, pero con cada tropiezo, con cada maldito fracaso, con cada arrastrada de cara, y con cada papelón que nos hacen comer, uno ya no sabe cuándo se va a acabar.Nunca es para siempre, y la fiesta y el carnaval volverán al olímpico Pascual Guerrero, y la gente volverá a ilusionarse y a creer con un equipo que le corresponda a la estirpe y a la historia de su escudo, pero hoy, lo único que logran los que juegan, los que dirigen,, pero sobre todo, los que mandan, se quede fuera de las instalaciones del templo de San Fernando exigiendo por la grandeza y el honor que con cada vara para lo de estos nos están arrebatado.Nunca es para siempre, y habrá dolientes que quieran y trabajen por América, pero hoy, en la cúpula, hubo alguien que celebró la derrota de la institución por la que «labora» a manos del cuadro de su sentimiento.Nunca es para siempre, pero ya estoy hasta las bolas de la cargada familiar al entregarnos de pez y manos a la arrogA/Ncia, de la lágrima escondida para evitar la discusión, y de la línea llenas de rabia, para sacar en esta Tribuna.

Cualquier sugerencia, queja, o lo que quieran manifestarme, pueden hacerla a través de mi cuenta de Twitter @UnMequetrefeMas; nos leemos en una próxima oportunidad en este “Rincón del Turco”. Un abrazo para todos.


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