Grada3
·3 settembre 2025
Xabi y sus 100 días en el cargo: así ha mejorado a un Real Madrid con deberes aún por hacer

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·3 settembre 2025
Xabi Alonso ya cumple 100 días desde que firmó por el Real Madrid. 100 jornadas de revolución y cambio. El tolosarra llegó a Chamartín el 25 de mayo, con un primer objetivo en mente: el Mundial de Clubes. Su andadura por Estados Unidos alcanzó las semifinales, cuando se topó contra Luis Enrique y su Paris Saint-Germain. Pero Xabi lo sabía: «No era mi plantilla». Y desde el 4 de agosto, primer entrenamiento de la pretemporada 2025-26, el ex técnico del Bayer Leverkusen impuso sus pautas y sus métodos. Lo calcula absolutamente todo.
Si se realiza un balance por encima, el resultado es bastante positivo. Tras realizar una pretemporada de apenas 15 días, el Real Madrid de Xabi Alonso se ha ido al primer parón internacional totalmente impoluto. Líderes en solitario con tres victorias de tres encuentros posibles, los merengues asimilan poco a poco las ideas de su nuevo mister. El objetivo de todos era acabar esa «preparación» de la mejor manera posible, antes de debutar en Champions. Han cumplido con creces.
Pero antes de nada, hay que mencionar a los nuevos soldados de Xabi Alonso. A la cabeza de este proyecto se encuentra un cuerpo técnico experimentado y de absoluta confianza, integrado en su mayoría por profesionales que han acompañado al tolosarra en las distintas etapas de su aún joven carrera como entrenador. El equipo, compuesto por seis especialistas, destaca por su cohesión y conocimiento mutuo. Sebastián Parrilla, conocido como ‘Sebas’, ocupa el puesto de segundo entrenador y es su mano derecha. Está desde sus inicios en las categorías inferiores del Real Madrid. De origen argentino, Parrilla se responsabiliza de la preparación táctica y defensiva del equipo, siendo una figura fundamental tanto en la Real Sociedad B como en el Bayer Leverkusen, donde juntos lograron el primer título de Bundesliga en la historia del club alemán.
La preparación física recae en Ismael Camenforte-López, quien suma experiencia en clubes como el Barcelona B, New York City FC y la selección de Dinamarca. Ismael se unió al proyecto en Leverkusen y continúa al frente de este área con la llegada a Madrid. Alberto Encinas, ex integrante del cuerpo técnico del Bayer Leverkusen, aporta su bagaje en metodología y apoyo en la preparación de los entrenamientos. Beñat Labaien, experto en análisis táctico y de vídeo, se reincorpora al Real Madrid tras haber formado parte del staff entre 2011 y 2014, después de su paso por la cantera del Atlético de Madrid. Trabajará codo a codo con Óscar Michel en esta faceta, el nuevo fichaje de Xabi. El mexicano era el analista vídeo del primer equipo femenino desde el año 2019.
En el área de porteros, Luis Llopis mantiene su puesto de entrenador principal, asegurando la continuidad en este ámbito clave. Por su parte, Antonio Pintus, que bajo el mandato de Carlo Ancelotti dirigía toda la preparación física del primer equipo, asume ahora el rol de «performance manager». Su influencia sigue siendo decisiva, aunque adaptada a la nueva estructura liderada por Xabi Alonso.
La preparación ha cambiado drásticamente respecto a Carlo Ancelotti. Xabi Alonso es más disciplinado, más exigente, «más duro», como dicen en los entresijos de Valdebebas. Primero, la hora de llegada. Cada futbolista tiene que llegar una hora antes de que empiece el entrenamiento. Con Carletto, 30 minutos antes bastaban. Con el tolosarra, si uno llega tarde, la multa sale cara: 500 euros la primera, y luego se suman otros 500 por cada retraso. Si llegas dos veces tarde, mil euros de ‘multita’.
En lo que son los entrenamientos, el leitmotiv de Xabi Alonso sería la intensidad y la repetición de esfuerzos. Sesiones mucho más largas, que rozan –o incluso superan– las dos horas. Trabajo combinado entre gimnasio y césped. «Cansa nada verlos», decían desde el club en numerosas ocasiones. Porque el vasco prepara sus partidos de una manera muy distinta. No se deja nada al azar. Una de sus innovaciones fue el uso de drones. Se empezaron a ver en el Mundial de Clubes. Y a eso le sumó un marcaje de líneas horizontales y verticales en los verdes de Valdebebas. Estas novedades hacen que tanto Xabi como su staff puedan obtener una visión mucho más amplia del posicionamiento táctico de sus jugadores. «Son los campos en los que entrenamos. Trabajo de líneas, con balón, sin balón, de táctica… Nos ayuda. En competición no podemos hacerlo, pero en nuestro día a día, sí«, explicaba el entrenador madridista antes del encuentro ante el Oviedo.
Xabi Alonso también ha revolucionado su estilo de juego. En el Mundial de Clubes, el tolosarra llegó a jugar con tres defensas. Ahora, su idea se va implementando poco a poco en el esquema principal del Real Madrid. En esta temporada 2025-26, Alonso ha apostado por una estructura 4-3-3, aunque sin cerrarse a modificaciones tácticas en función de lo que ocurra en el verde. La base del sistema, sin embargo, sigue siendo la posesión del balón, pero no por acumular pases sin sentido, sino para buscar la verticalidad: prioriza el juego entre líneas y busca constantemente a los desmarques y los espacios en la última línea defensiva rival.
Le gusta un fútbol atrevido, con control y llegada. El mediocampista organizador (Arda Güler) es el eje de todo, y exige que los balones lleguen desde la segunda línea. No se conforma con una circulación lateral o estática: busca la sorpresa y la profundidad, tanto por el centro como por las bandas. El juego se construye desde atrás, pero con la idea clara de llegar pronto a la zona de finalización, sin perder el control del balón. Nada queda al azar en su modelo. No quiere que el rival se sienta cómodo. Lo fundamental es que el contrario no pueda instalar su juego o su filosofía.
Por eso, desde el primer momento, Xabi Alonso inculcó a su equipo la presión alta. Todos, desde el delantero hasta el último hombre, deben saber cuándo y cómo presionar, cuándo achicar espacios y cuándo recuperar el balón lo más cerca posible de la portería contraria. Es llamativo ver a jugadores como Kylian Mbappé y Vinicius Júnior achuchar al portero en los saques de portería. Una imagen que antes era excepcional y ahora es habitual.
Pero la presión no es solo física, sino también mental. Xabi Alonso busca que sus jugadores lean el partido, anticipen los movimientos rivales y corten líneas de pase antes de que el peligro aparezca. La organización defensiva es tan importante como la proyección ofensiva. El equipo se mueve en bloque, y cuando pierde el balón, la transición defensiva es inmediata, tratando de recuperarlo en zona de riesgo. Si el rival logra superar la primera línea, el conjunto se repliega ordenadamente, sin perder el equilibrio entre líneas ni ceder espacios en zonas sensibles.
La meritocracia es otro sello del vestuario. El técnico no tiene reparos en dejar en el banquillo a cualquier futbolista, por grande que sea su nombre, si no cumple con las exigencias colectivas. No basta con tener talento; hay que generar confianza, compromiso y sacrificio. Eso genera una sana competencia interna y hace que cada jugador sepa que su puesto debe ganárselo en cada entrenamiento y en cada partido. Xabi Alonso no solo quiere un equipo ganador, sino que representa valores: entrega, esfuerzo, respeto al rival y pasión.
Todavía quedan cosas por pulir. Lo que más: la cohesión ofensiva. En los tres primeros partidos ligueros, faltó acertar en el último gesto. Muchas veces, los merengues llegaron al área, pero no finiquitaban la jugada. En los disparos, ídem. En lo que va de Liga, los madridistas tiraron unas 61 veces y marcaron seis veces. Una vez de penalti (que no cuenta como disparo en el juego). Por lo tanto, el ratio de goles por disparo se eleva a un 8% de efectividad. Podría ser más.
También se podría hablar de que, quizás, falte un mediocampista. Para dar más juego y más conexión. Fue uno de los temas calientes del verano en Chamartín. Arda Güler está siendo la gran revelación. Tenía que «chupar banquillo» con Ancelotti, pero con Xabi, se ha revolucionado. No obstante, a pesar de ser el organizador de esta medular, falta alguien a su lado. Fede Valverde debe asumir ese nuevo rol de ‘Kroos’. Porque Arda es el ‘Modric’. El uruguayo debe cubrirle las espaldas al turco cuando se lanza al ataque. O viceversa. El sudamericano, a veces, parece sentirse un poco desubicado en el verde. Pero ‘El Pajarito’ mejorará, y la vuelta de Jude Bellingham está al caer. A ver cómo encajará Xabi al inglés.