Alejandro Restrepo le erizó la piel a todos los hinchas del DIM | OneFootball

Alejandro Restrepo, parce, la rompió. Así, sin anestesia. Antes del último partidazo en el Atanasio, el profe se paró firme, miró a los ojos a sus guerreros y soltó una arenga que todavía retumba en las paredes del camerino. Fue una descarga de energía, de orgullo, de esa berraquera que solo entiende el que lleva al Medellín tatuado en el alma. El man no habló, bramó, y cada palabra fue gasolina pa’ que los nuestros salieran a comerse la cancha.

Decime si no, ¿quién no se iba a llenar de valor escuchando a un líder que te cree, que te respalda y que sabe lo que representa ponerse esa camiseta sagrada? Lo de Restrepo fue como prenderle fuego al corazón del equipo, como recordarle a cada uno que cuando se juega en el Atanasio, se juega con la historia, con la gente, con los sueños de miles de hinchas que no fallan ni en las malas.

Y la respuesta fue brutal, mi hermano. En la cancha se vio el reflejo de esa arenga: entrega total, fútbol con hambre, y sobre todo, actitud de campeón. Ese triunfo no fue solo por táctica o talento, fue por carácter. El equipo salió a demostrar que está para cosas grandes, que este sueño de llegar a otra final está más vivo que nunca. ¡Y todo empezó con las palabras del profe!

Alejandro Restrepo no es cualquier DT, parce. El man es un líder de verdad, de esos que no necesitan gritar para que les crean, pero cuando lo hace, te llega hasta los huesos. Sabe lo que representa el DIM, conoce lo que nos duele y lo que nos llena de alegría. Y por eso conecta con los jugadores, con nosotros, con toda esta locura hermosa que es ser del Medellín.

Lo del profe en este torneo ha sido tremendo. Nos ha llevado con inteligencia, con humildad, pero también con ese fuego sagrado. Y en este último partido, lo dejó clarito: este equipo no se rinde, este equipo cree, este equipo pelea hasta el final. Esa arenga fue el grito de guerra que nos tiene hoy soñando despiertos con otra estrella.

Parceros, esto no es casualidad. Lo que está pasando es fruto del trabajo, del amor por el escudo y de un liderazgo que nos tiene enchufados. Estamos ad portas de una nueva final, y sí, hay que seguir con los pies en la tierra, pero con el alma en el cielo. Porque cuando hay convicción, cuando hay un líder como Restrepo, ¡todo es posible!

Así que preparate, mi llave, porque esto apenas empieza. El profe ya encendió la chispa y el equipo está listo pa’ la batalla. Nosotros, como siempre, con la garganta afinada y el corazón en llamas. ¡Vamos con toda, Poderoso! Porque si algo nos enseñó esa arenga es que el Medellín no se arrodilla, el Medellín pelea… ¡y el Medellín sueña en grande!