La Número 12
·12 de novembro de 2024
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El debut de Iván Buhajeruk en Riestra, mejor conocido como Spreen, dejó mucha tela para cortar a lo largo y ancho del país. Distintas voces se han pronunciado en contra del club, el creador de contenido e incluso de la AFA, mientras que otros pocos defendieron la situación.
Mientras que para la corta memoria del fútbol argentino este hecho es inédito e insólito, algunos con más memoria recordamos episodios igual de poco ético a este. Desde directores técnicos acomodando a sus hijos a la llegada de extranjeros que servían más para promocionar el club en otros países que para aportar realmente al plantel.
Incluso Boca tiene de estos casos, como la llegada de Naohiro Takahara de Japón o o la poco recordada historia de Yao Li, quién llegó desde China y fue borrado por Carlos Bianchi en plena pretemporada en Cardales allá por 2004, tras estar tan solo dos prácticas. Aunque más parecido a lo de Spreen en Riestra, hay un caso con un nombre más resonante que los mencionados anteriormente.
Mientras que lo del creador de contenido va más por un lado de marketing, en el Xeneize, Guillermo Coppola logró hacer lo mismo que el joven youtuber y streamer.
Coppola jugando en Boca. Fuente: Archivo.
En 1980, el conjunto azul y oro pasaba por una fuerte crisis institucional. El 12 de octubre de ese año, quién fuera el representante de Diego Maradona cumplió 32 años y desde el Xeneize le dieron un regalo muy llamativo. Al principio, la idea era que se saque una foto con el once en un duelo amistoso en un triangular en el cual participaban Sportivo Bragado y Acería Bragado.
Guillermo Coppola en la actualidad. Fuente: Getty.
El nefasto personaje, quién aún no se entiende por qué puede ingresar a La Bombonera con tanta impunidad después de tanto daño hecho al club, pudo ingresar faltando 15 minutos. Decisión que tomó Antonio Rattin, el técnico en ese entonces. Coppola, lejos de hacerse cargo, cuestionó el presente de la institución y le echó la culpa al Rata, quién poco después dejaría su cargo.