Confirmado: Reinier abandonará el Real Madrid a coste cero | OneFootball

El Real Madrid acuerda un traspaso ‘gratuito’ del brasileño al Atlético Mineiro y pone fin a una cruda y extraña historia

Es una realidad: Reinier Jesús pone fin a su etapa como madridista sin siquiera haber debutado con el primer equipo. Hace las maletas para regresar a su país natal, a donde aquella promesa del Flamengo se hizo desear ante un mundo que, finalmente, se quedará sin descubrir su máximo potencial.

El Atlético Mineiro se hace con el 100% de los derechos del futbolista sin pagar absolutamente nada por él; el conjunto blanco se reserva el 50% de una futura venta como moneda de cambio.

Un fichaje de 30 millones, al limbo

Sin duda, Reinier ha sido una de las grandes decepciones de la historia del club. Costó, ni más ni menos, 30 millones de euros. Llegaba con sus compatriotas -Vinicius Júnior y Rodrygo Goes- como escudo. Desde Brasil muchos afirmaban, sin lugar a dudas, que iba a superar a ambos. Lo suyo era distinto, pero así de caprichoso es el fútbol.

Se va por la puerta de atrás sin siquiera haber vestido la elástica blanca en un partido oficial. Con contrato hasta junio de 2026 y 5 años después de su llegada, el Real Madrid lo ‘regala’ al Atlético Mineiro, y está escrito entre comillas porque se libera una ficha cercana a los tres millones de euros anuales. El único ‘as’ sobre la manga de la entidad merengue recae en un posible repunte del aun joven de 23 años y, en consecuencia, una posible venta de la que obtendría el 50% del montante total.

Reinier, dueño de una trayectoria descendente

Reinier aterrizó en Madrid en enero de 2020 como parte de una estrategia ambiciosa que prometía dominar el mercado brasileño. Fue presentado como la tercera joya de una generación dorada, tras Vinicius y Rodrygo, pero su historia jamás se pareció a la de ellos. Aterrizó en Valdebebas con 18 años y una etiqueta que pesaba: la de ser el más completo, el más «europeo», el que iba a superarlos a todos.

Desde Brasil lo empujaban como el talento más puro de los tres. Se decía que era más cerebral, más táctico, más maduro. Que su fútbol tenía pausa, lectura y último pase. Pero el tiempo —siempre implacable— demostró lo contrario.

Nunca terminó de romper. Nunca pareció listo. Nunca convenció del todo. Y así, su trayectoria en Europa se fue diluyendo hasta quedar reducida a una ficha alta y un recuerdo borroso. Fue directamente cedido al Borussia Dortmund, donde pasó desapercibido en dos temporadas marcadas por la falta de minutos y confianza. Le siguió una etapa en el Girona, con algún chispazo, pero sin continuidad ni impacto real. Y el curso pasado, en el Frosinone italiano, al menos logró jugar con regularidad, aunque ya muy lejos de los focos.

Durante cinco años, Reinier fue el cedido eterno, una figura lejana que nunca se acercó al césped del Bernabéu. Lo suyo no fue escándalo ni indisciplina, pero sí una decepción de manual: no progresó, no creció, no se consolidó. Un talento que se evaporó en la inercia de las cesiones y el olvido institucional. Ahora, con 23 años, regresa a Brasil. Su etapa en Europa —al menos esta primera— se cierra con más silencio que ruido.