Opinión | "El pecado de Almeyda", por Rafa García | OneFootball

El Sevilla FC, gracias a Dios, cae mal y no es de extrañar que cada vez que sucede algo con el equipo se tienda a llevar al extremo.

"Pero quién puede decir que alguna vez ha sido el mejor" cantaba La Unión en su canción "El rey del Ring". Nosotros sí, nosotros podemos decirlo, porque el equipo fue llevado a unas cotas inimaginables, y eso dolió, y dolió muchísimo. Pero no dolió porque nos tuviesen envidia, pensar eso sería demasiado pretencioso por nuestra parte,  aquello dolió porque íbamos a sentarnos en la misma mesa que ellos, porque les quitábamos cuota de protagonismo, y porque alzamos la voz reclamando lo que justamente merecíamos.

¿De qué manera podían darte la patada y moverte de allí, pitando penalti cuando se empujan entre dos jugadores contrarios, sacando amarilla a Martial cuando lo lesiona Camavinga que sí tenía una amarilla propiciando la remontada del Real Madrid, anulando un gol porque intuyen que el balón pudo rozar en el codo de En-Nesyri? Eso es lo básico y más  evidente, la manera de moverte el sillón es atacando y elevando a escándalo todo lo que suceda en Nervión. Monchi baja a celebrar una victoria del equipo al césped, pues horas y horas de televisión y radio hablando sobre semejante "crimen", por mucho que sea una imagen que se ve en otros equipos. La grada canta "iari, iari, iarie" aparece en el informe de antiviolencia con advertencia de cierre de la grada, por más que en otros estadios hayan insultado hasta a Antonio Puerta. Al final intentan cargar y desestabilizar a quien puede tirar del carro de un equipo que fue ejemplo en el mundo.

Ahora le ha tocado a Almeyda. Pedir explicaciones sobre una tarjeta que recibió ha sido catalogado casi de acto machista. Hemos visto mil vídeos donde vemos a nuestro técnico dialogando con el colegiado y donde, sorpresa, lo único que no subtitulan es lo que le dice la linier. ¿Cuál es el pecado de Almeyda? Ser la única persona que parece capaz, con sus aciertos y fallos, de llevar a puerto está nave que está a punto de estrellarse contra las rocas. Como antes lo fueron Monchi, Del Nido, la grada...

Y no, no voy a caer en pensar que la culpa de todos nuestros males es está prensa dirigida desde la distancia. Los culpables de llevar a esta entidad donde está tenemos todos claros quiénes son, sus apellidos deben quedar grabados en nuestra memoria para siempre, pero lo que si debería hacernos pensar es que precisamente ellos son los que reciben elogios de, por ejemplo, el presidente de LaLiga.

A nosotros nunca nos ha hecho falta caer bien, no necesitamos que nadie nos quiera, nos bastamos y sobramos nosotros, pero que mala suerte que desde los grandes micros de este país no se vea un mínimo de posibilidad de que este consejo fuese capaz de revertir la situación, sería la única forma de que iniciasen una campaña para desprestigiarlos, y para echar a esta gente cualquier ayuda sería bienvenida.

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