
La Galerna
·8 September 2025
Justicia ficción

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·8 September 2025
Hoy voy a hacer un ejercicio de justicia ficción. Estoy seguro, porque tengo fe en los jueces, que el Barcelona será condenado por el caso Negreira. No necesitamos más. La condena será un baldón definitivo sobre la historia del club. Seguro que Joan Gamper, ese catalán de pura cepa que fundó el club... no, espera... que se llamaba Hans-Max Gamper Haessig y era suizo. Hans. Joan. Cómo no quererlos. Decía: ese catalán de pura cepa, nacido en Winterthur y crecido en Zurich, seguro que fue un hombre honorable, consta que fue empresario y un gran deportista. Practicó fútbol, atletismo, ciclismo, rugby y natación. Capitán y delantero del FC Barcelona de 1899, por entonces limpio de pecado y comprometido con los valores del deporte.
Hans, según la Wikipedia, aprendió catalán antes que castellano. Puede que sea verdad, dice mucho de un extranjero que llega a una tierra de acogida. En el imaginario colectivo culé se ha consolidado como un rasgo definitivo de catalanidad y por eso su nombre ya siempre fue Joan. La Wikipedia, sin embargo, no dice que fuera una persona acomplejada que proyectara en los demás sus frustraciones, o que viviera en la irrealidad de una ensoñación colectiva indistinguible de una enfermedad mental.
Ser directivo o seguidor del Barça ya no es lo que era. Si el bueno de Hans pudiera vernos hoy, no tengo ninguna duda de que colaboraría con la justicia, avergonzado de que su club comprase durante lustros una competición deportiva. No me lo imagino convocando una rueda de prensa para presentar un montón de cajas llenas de "informes", mientras que un juez ya conocía por el teórico redactor de los informes que nunca existieron y cuyos presuntos receptores ya habían declarado no haber visto nunca. Tampoco me lo imagino bañado en alcohol por dentro y por fuera, con un puro en la mano y la corbata en la cabeza, celebrando una victoria.
"No trates nunca de convencer a un idiota". La frase es un legado magnífico de la cultura popular. Para qué vas a poner en funcionamiento neuronas, sinapsis y los mecanismos de la razón y del lenguaje para explicar y convencer con palabras lo que existe en vídeos y en hechos incontrovertibles, depositados como pruebas indiciarias en los expedientes de un juzgado, esperando que un profesional experto en impartir justicia las ordene, corrobore y deduzca la lógica de un proceso delictivo. No merece la pena.
el Barcelona se compró con dinero 23 de los 73 títulos que obtuvo en toda su historia, lo que significa que en los 17 años del Negreirato acumularon el 31,5% de los títulos de su palmarés, por un 68,5% obtenido durante los restantes 109 años
Pagaban para asegurarse neutralidad, dijo Godall, y Gaspart, y Freixa más recientemente. Y también Negreira, el mismo que mandó una amenaza por burofax al Barcelona en 2020 para que le pagaran lo suyo o quedasen advertidos de que tiraría de la manta. El mismo que ofreció que podía ayudarles con el VAR sin precisar en qué podía consistir esa ayuda, pero que entendimos perfectamente cuando Clos Gómez explicó cómo se elegían los frames... Si me dieran a elegir media docena de seres humanos para representar la inteligencia de la especie humana en un primer encuentro con una civilización extraterrestre, ni se me pasaría por la cabeza seleccionar a alguno de estos personajes. O sí... habría que pensarlo bien.
Querían neutralidad porque el CTA estaba en Madrid, porque Franco era madridista, porque les robamos a Di Stéfano, porque el centralismo y tal. Amigos, lo que siempre deseó el Barcelona fue lo inalcanzable: la grandeza, la admiración planetaria. Estuvieron a punto de conseguirlo cuando apareció un genio en su cantera, coincidiendo con una generación de futbolistas de enorme talento. Armaron un equipo legendario y se lo pusieron en las manos a un loco obsesivo del fútbol. Nunca necesitaron comprarla. Pudieron aspirar a ella y trabajar con honestidad para conseguirla. Pero eligieron el camino más corto y más familiar en la pobre Cataluña reciente. Si yo fuera culé no les perdonaría nunca. Jamás pagarán lo suficiente por haber machacado la ilusión de una afición y contaminado el palmarés de su mejor generación de futbolistas.
Todos vimos lo que sucedió en España y vemos lo que continúa sucediendo. El mundo entero lo vio también y se escandalizó con lo de Stamford Bridge, con lo de Aytekin. Atracos a calzón quitado, vendidos como hazañas al culé, mientras se regalaban relojes de 300.000 euros a Platini o se disolvían millones de euros en el jackpot de Senes Erzik, mano derecha del corrupto Platini, dirigente arbitral UEFA y jefe de proyectos de UNICEF, patrocinador premium de ese Barça del que usted me habla. Les funcionaba en España y lo exportaron a Europa. Perfeccionado, indetectable, al amparo de un patrocinio filantrópico nada menos que con las Naciones Unidas. ¿Quién iba a sospechar? Laporta debió sentirse invulnerable. El puto amo.
eligieron el camino más corto y más familiar en la pobre Cataluña reciente. Si yo fuera culé no les perdonaría nunca. Jamás pagarán lo suficiente por haber machacado la ilusión de una afición y contaminado el palmarés de su mejor generación de futbolistas
Pero habrá condena. Un juez no puede pasar a la historia declarando inocente al Barcelona en el caso Negreira. Su nombre sería trending topic en cada aniversario del Barça, en cada título ganado, en cada error arbitral, incluso años después de desinfectar el CTA. Se corearía su apellido en cada estadio de España, en cada partido contra los azulgrana, durante décadas.
Penalmente, una sentencia condenatoria podría deparar cárcel para Negreira y para todos los presidentes del Barça involucrados, con penas de 6 meses a 4 años por corrupción deportiva continuada. Adicionalmente, sería sensato añadir 3 años de prisión por administración desleal del patrimonio del club, a los que se podrían añadir otros 3 años por falsedad en documentos mercantiles, si se diera el caso.
Nunca quedaremos satisfechos con una sentencia que no incluya la desposesión de títulos, protegidos por el acto prevaricador de Albert Soler, que se salvará de la quema
Como persona jurídica, el Barcelona podría enfrentarse a una multa económica de al menos el volumen de los pagos a Negreira, pudiendo llegar al doble o triple de esa cantidad, pero si se pudiera demostrar el perjuicio económico causado a otros clubes, como los ingresos perdidos por los títulos obtenidos fraudulentamente por el Barcelona, la cantidad podría ser mucho mayor.
En uno de los préstamos que tiene el Barcelona para la remodelación del Camp Nou, de 1.500 millones de euros, existe una cláusula según la cual, si se diera una sentencia condenatoria firme, la disposición de fondos podría paralizarse. Hemos sufrido recientemente el acoso de hordas de culés que venían a decirnos en redes que al Real Madrid le interesa alargar la instrucción del caso. La velocidad de la inteligencia persiguiendo a un influencer culé promedio de X es como la de Marc Bartra persiguiendo a Gareth Bale: insuficiente.
Todo lo anterior es probable que terminase en un juicio con jurado popular, con las implicaciones que pudiera tener al corresponder a un tribunal de Barcelona. Recuerden: més que un Club. El inmaculado y ecuánime órgano judicial encargado de seleccionar a los miembros del jurado sería sin duda asesorado por los abogados del Barça para garantizar la total "neutralidad", buscando personas respetables fuera de cualquier controversia: hijos y nietos de Jordi Pujol, militantes de Junts per Cat, Esquerra Republicana de Catalunya, Joan Gaspart disfrazado de lagarterana y, para darle colorido, las últimas seis novias eslovenas de Joan Laporta.
Deportivamente, LaLiga tendría la potestad de expulsar al club de la competición. No sucederá, por mucho que Tebas quisiera darse el capricho. Ahí estaría Uribes al quite, con el capote y la montera calada hasta las orejas, ejecutando medias verónicas hasta encontrar un becario que redactara en dos folios el daño irreparable para la imagen de España, la admiración de la afición global por el club corrupto, etc.
La UEFA podría sancionar al Barcelona dejándole fuera de la Champions League por uno o dos años. A pesar de la reciente amistad de Laporta con Ceferin (el odio compartido propicia extraños compañeros de cama), podría ocurrir si la presión social y de los grandes del continente es suficientemente alta: clubes como la Juve, que sí expió sus pecados; el Bayern, porque Baviera es tierra de gente decente; Liverpool, incluso PSG, podrían tener un papel decisivo en la postura de la UEFA. España es el tercer mundo futbolístico y el hazmerreír de las ligas europeas después de febrero de 2023. De nuestro ecosistema carpetovetónico no esperemos gran cosa, los clubes se sentarán a oír al juez dictar sentencia como las vacas miran al tren.
La FIFA tal vez sea el tapado en toda esta historia. Los delitos de corrupción no prescriben para esta organización y la imagen global del fútbol si el Barcelona tuviera una dura y contundente sentencia condenatoria se vería resentida. Infantino es el hombre más poderoso del fútbol mundial, se le atribuye la limpia de la corrupción en el FIFAGate de 2016, e indudablemente es un inteligente hombre de negocios que no puede permitir una omertá en el caso Negreira. Hay precedentes: el Olympique de Marsella ya fue excluído de competiciones internacionales por amaño de partidos en 1995. Lo de Negreira es mucho más grave.
El Barça será condenado. La imagen de la justicia española ya está suficientemente castigada (y lo que queda por llegar) con los asuntos de corrupción política paralelos en el tiempo a los de Negreira. La magnitud de la condena es una incógnita, pero el daño reputacional será proporcional a la duración del proceso. A quien más le interesa un juicio rápido y pasar página es a los imputados, que ya llevan dos años y medio defendiéndose en las redes sociales con escasísimo éxito. Cada tuit, artículo o video de los influencers culés, aficionados o profesionales, subvencionados por el club tanto en redes sociales como en Mundo Deportivo, Sport, AS, Marca o la COPE, y sus pretensiones exculpatorias, no hacen más que hundir un centímetro más en la mierda la defensa legal del club y las posibilidades de salir bien parados del juicio.
Nunca quedaremos satisfechos con una sentencia que no incluya la desposesión de títulos, protegidos por el acto prevaricador de Albert Soler, que se salvará de la quema. El Barcelona mantendrá los trofeos en sus vitrinas, pero los mantendrá por la prescripción del delito con ayuda de una maniobra política denigrante, no por no haberlo cometido. La culerada ya tiene otro héroe; pero será un héroe como Soler, que es a la justicia, la ética y la honestidad, lo que Luis Suárez al fair play.
El daño está hecho y es irreparable, pero los madridistas vamos a ajustar cuentas. A partir de ahora habrá dos números en el palmarés del Barcelona, el de títulos conseguidos legítimamente y el de los 23 obtenidos mediante corrupción deportiva: 9 ligas, 6 Copas del Rey y 8 Supercopas. Por tanto, a la fecha, el palmarés nacional legítimo del Barcelona es de 18 ligas, 25 Copas del Rey y 7 Supercopas.
Añadiré un dato escalofriante: el Barcelona se compró con dinero 23 de los 73 títulos que obtuvo en toda su historia, lo que significa que en los 17 años del Negreirato acumularon el 31,5% de los títulos de su palmarés, por un 68,5% obtenido durante los restantes 109 años. Otra anomalía estadística de la era dorada de la corrupción del fútbol español para recordar mientras no se haga justicia. Negreira y un CTA no muy diferente del actual les ayudó a "ganar" un tercio de todos sus títulos. Como para no darse cuenta de que había gato encerrado...
No reconoceremos nunca la legitimidad de esos títulos desde que el juez dicte sentencia. Mientras haya un madridista vivo, la Wikipedia amanecerá cada día con una mención y un asterisco señalando la corrupción del Negreirato en la historia del Barcelona y la ilegitimidad de 9 Ligas, 6 Copas y 8 Supercopas. Haremos guardia para asegurarnos de que nadie se equivoque al contar los trofeos obtenidos de la corrupción del fútbol. Es de justicia.
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